domingo, 24 de diciembre de 2017

MENSAJE DE NAVIDAD 2017 JESÚS SÓLO QUIERE ESTAR EN NUESTROS BRAZOS PARA QUE LE MOSTREMOS AL MUNDO LA GRANDEZA DEL VERDADERO AMOR



Resultado de imagen para nacimiento del niño jesúsDiócesis de San Cristóbal
Vicaría de Pastoral
SECRETARIADO DIOCESANO DE CATEQUESIS
VENEZUELA

MENSAJE DE NAVIDAD
JESÚS SÓLO QUIERE ESTAR EN NUESTROS BRAZOS PARA QUE LE MOSTREMOS AL MUNDO LA GRANDEZA DEL VERDADERO AMOR

A TODOS LOS CATEQUISTAS QUE ANUNCIAN AL PUEBLO SANTO DE DIOS
EL EVANGELIO DE JESÚS EN LA IGLESIA DE SAN CRISTÓBAL

«Un ángel del Señor se les apareció y la gloria de Dios los envolvió con su luz y se llenaron de temor» (Lc 2,9).

  1. Deseo extender mi saludo de fe y esperanza para todos mis hermanos catequistas dispersos a lo largo y ancho de nuestra amada Diócesis de San Cristóbal, elevando una oración a Dios, nuestro Padre celestial para que cada día podamos ser comunidad de paz y amor, pues nuestro mayor anhelo es la comunión la cual es el corazón de la toda la Iglesia. Ciertamente hemos vivido en la actualidad diversas situaciones que atentan contra la comunión de eclesial, contra nuestra propia fe, buscando fracturar y corromper la esperanza de sus miembros; se hace necesario, no sólo reflexionar, sino, a su vez, comprometernos a actuar, llevando los mismos sentimientos de Cristo (Cf. Flp 2,5) a nuestras vidas cristianas y a todo aquél que lo necesite, cumpliendo así con la misión encomendada: hacer presente el Reino de Dios en la Tierra (Cf. Lc 9,2).
  2. Llegado el día tan esperado por todos, luego de una preparación espiritual a través de la escucha asidua de la Palabra de Dios, la corona de Adviento, la confesión y comunión, las novenas de aguinaldo, la canastilla al niño Dios, y otras tradiciones de nuestra piedad popular, debemos interiorizar si estamos suficientemente preparados para recibir en nuestros corazones al autor de la vida. Pues, el nacimiento de Jesús no es un destapar un niño simbólico en un pesebre. Va mucho más allá, significa dejarme seducir por la ternura de un Dios que se hace infante para estar con nosotros.
  3. Hemos de dejarnos sorprender por el gran poder de Dios, que no quiere hacer alarde de su condición Divina, sino que quiere hacerse como nosotros para vivir y acompañarnos en todo momento sin importar las dificultades. Es el Rey que se hace niño para estrecharnos en su infinito amor. Qué hermoso sería el mundo si nos dejáramos tocar por este mensaje, pues a la final, todo es amor, amor de Dios para nosotros.
  4. Quiero destacar de la primera lectura del día de hoy del profeta Isaías (9, 1-3.5-6) esa profecía tan hermosa en la que el profeta señala que: “El pueblo que caminaba en tinieblas vio una gran luz; sobre los que vivían en tierra de sombras, una luz resplandeció” (Is 9,1). Hemos caminado por un año de sombras y tinieblas que nos han afectado en todos los sentidos, nuestras parroquias en muchas ocasiones han tenido que padecer la desesperanza de quienes, estando al servicio de ella, han caído junto a los demás en la división, el odio o el resentimiento, inclusive la desesperación, colocando en duda el gran poder de Dios, abandonando muchas veces la oración, y dejando de iluminar a aquellos que necesitan creer y que sólo lo pueden hacer si ustedes y yo nos mantenemos como testigos de la luz (Cf. Jn 1, 6-8).
  5. Por este y muchos otros motivos, celebramos cada año la navidad, para recordarnos especialmente a nosotros los cristianos que somos testigos de la luz, somos esos nuevos pastorcitos que cada año nos acercamos a ese Belén que debe ser nuestras comunidades eclesiales y parroquias, con el fin de adorar a aquel que es la luz que nunca se apaga ni se opaca, ni por la oscuridad del pecado, ni siquiera por nuestra incredulidad (Cf. Lc 2, 8-17). Ojalá entendamos que Jesús, el Hijo de Dios, no deja de nacer, mientras exista un cristiano que crea en Él, o existan hombres y mujeres que necesiten de su nacimiento en sus vidas. Nuestro salvador tiene por nombre “príncipe de la paz”, sin límites, pues su amor desea hacerse presente en toda la humanidad. Por ello reflexiono lo siguiente: si ese es el deseo de Dios, no habrá nadie que pueda detener esta profecía de amor, simplemente imploremos a Dios nuestro Padre, que su reino se haga desde ya presente en medio de nosotros.
  6. Ahora bien, ¿cómo hacer presente el Reino de Dios? No se trata de que Jesús venga y lo imponga, es necesario que nosotros, sus testigos, lo ayudemos a instaurar, como dice el salmo 95: Cantando una nueva canción, una llena de esperanza entre tantos lamentos; proclamando su amor y maravillas, en medio de tantas dudas, miedos e incertidumbres; haciendo retumbar de alegría a nuestra región a pesar de tantas tristezas; y regocijándonos porque, si grandes son nuestras dificultades ahora, entonces imagínense lo inmensas que van a ser nuestras alegrías cuando Jesucristo venga nuevamente en Gloria y majestad. Por eso, para que el mundo crea, tenga esperanza y jamás se rinda ante la tentación y el pecado, hemos de ser nosotros quienes, desde nuestra experiencia viva con Cristo, les mostremos la Luz que consume la miseria y el mal en nuestras vidas, y nos llena de su gozo.
  7. Sin embargo, es necesario prestar mucha atención a la carta que el apóstol Pablo dirige al querido hermano Tito (2, 11-14), pues en ella nos exhorta a renunciar a la irreligiosidad, es decir, a llevar una vida en la que mostramos al mundo que somos verdaderos cristianos, pues mostramos a todos la superficialidad que aleja a otros de la luz y la salvación; y a los deseos mundanos, de los cuales nos hemos dejado seducir, cayendo en tantas injusticias que solo terminan por fracturar y tergiversar nuestra fe, los valores y buenas costumbres, mostrando la miseria en la que es capaz de caer el hombre cuando se olvida de Dios, miseria traducida en odio, violencia, corrupción de todo tipo, contrabando, y toda una cadena de horrores que desembocan en el egoísmo, la avaricia y el olvido de que somos hermanos venezolanos, hijos de Dios por encima de cualquier otro tipo de distinción, miembros de una sola familia, y llamados a vivir de manera justa y fiel a Dios.  
  8. Es por ello que, en esta noche buena, Santa e irreprochable por el Amor de Cristo que lo supera todo, el Evangelio (Lc 2, 1-14) nos recuerda que esa luz que es el mismo Jesucristo, quién nos envuelve para quitarnos el frío del miedo y la desesperanza que nos ha entumecido, para recuperar nuestra fuerza que nace de la fe y del amor de Dios, y para proclamar al mundo que el Hijo Santo de Dios sí existe y nace en cada hombre y mujer que es capaz de renunciar de una vez por todas a todo lo que no es paz. Basta ya de negarnos a nosotros mismos ser posada (morada) donde Jesús quiere nacer. Basta ya de negarle a otros el conocer a Jesús. Hemos sido elegidos por Dios para ser catequistas, y un catequista es testigo de la luz, un catequista no está solo, debe recordar que somos muchísimos los que existimos en el mundo y oramos los unos por los otros, para que ninguno decaiga, para que nadie olvide su verdadera misión, que no es enseñar a memorizar unas oraciones repetidas para poder acceder a un sacramento, sino que, su verdadera misión es mostrarle a los demás que conocer a Jesús es lo más sublime y lo más importante, pues su luz nos ayuda a caminar por cañadas oscuras, y vencer las dificultades (Cf. Sal 22).
  9. Nuestro Pastor y Guía Monseñor Mario Moronta, nos recuerda en su mensaje de navidad que, debemos celebrar este tiempo como la fiesta del amor, el amor hecho obra, caridad, solidaridad entre los hermanos, recordando que no es necesario tener mucho para compartir, lo necesario es tener fe para dar, pues Jesús nos enseña que hay más alegría en dar que en recibir (Cf. Hch 20, 35). Debemos ser “una Iglesia en salida, pobre para los pobres, una Iglesia que hace presente la realidad del Dios-con-nosotros… reafirmando con María, con José, que somos también discípulos de Jesucristo”.
  10. Mis amados hermanos, como quisiera seguir meditando con ustedes tan hermosos misterios, sin embargo, siempre quedaríamos cortos al significado que verdaderamente poseen. No me queda de otra sino recordarles que ser cristiano es: recibir la Palabra de Dios en nuestras vidas, hacerla realidad en el servicio, y tener presente que el mejor servicio que estamos llamados a ofrecer es mostrar a los demás a Cristo, luz y salvación para todo hombre, quien no acerca a otros a Jesús, no está sirviendo verdaderamente a su Rey. Este nuevo año que se avecina debe ser para asumir el reto de ser catequistas de verdad por encima de toda dificultad.
  11. Por último, deseo que hoy te convenzas que el milagro que la catequesis necesita para mejorar su tarea evangelizadora está tanto en tus manos como en las mías, Jesús confía en nosotros, confía tanto, que se arriesgó a hacerse niño para que seamos nosotros quiénes le mostremos y le presentemos al mundo a Aquél que está dispuesto a llenarnos del verdadero amor y paz. Apreciados catequistas del Táchira, la tarea es dura, pero no imposible, la navidad nos recuerda que para Dios nada es imposible (Cf. Lc 1, 37). Hagamos presente el milagro que Dios ha hecho en nuestras vidas: elegirnos para ser cristianos-discípulos-misioneros.
Con mi bendición fervorosa y exhortándoles a reforzar nuestro servicio tan hermoso que día a día Dios desea que vivamos, les deseo una:

¡FELIZ NAVIDAD 2017 Y PRÓSPERO AÑO NUEVO 2018 MIS HERMANOS CATEQUISTAS!!!


Pbro. Juan Carlos Gómez Yanez
Su hermano y servidor

Catequistas Delegados Vicariales de Catequesis


SAN CRISTÓBAL, 25 DE DICIEMBRE DEL AÑO 2017. FIESTA DE LA NATIVIDAD DEL SEÑOR.