Diócesis de San Cristóbal
Vicaría de Pastoral
SECRETARIADO DIOCESANO DE CATEQUESIS
MENSAJE DE CUARESMA 2019
EL RETO ES LA CONVERSIÓN A LA LUZ DE CRISTO
A TODOS LOS CATEQUISTAS QUE ANUNCIAN AL PUEBLO
SANTO DE DIOS
EL EVANGELIO DE JESUS EN LA IGLESIA DE SAN
CRISTOBAL
«En nombre de
Cristo les rogamos que acepten reconciliarse con Dios» (2Co 5, 20)
1.
Un saludo lleno de paz y bien para la gran familia de
catequistas de esta hermosa diócesis de San Cristóbal en Venezuela, tierra de
gracia en donde Dios se hace presente a través de los múltiples gestos de
esperanza del cual somos co-protagonistas día a día al vivir y sentir como
Jesús. Cada año nuestro buen Padre Dios, a través de nuestra Santa Madre la
Iglesia, esposa fiel de Jesucristo, nos brinda la oportunidad de celebrar la
Cuaresma como un estado de conversión hacia la Pascua, esto nos permite volver
a nuestras verdaderas raíces, pues asumimos el reto de ayunar, orar, hacer
penitencia, obras de caridad… asumimos el reto de la conversión durante estos
cuarenta días, no sólo hacia nosotros mismos, sino también hacia Dios y al
prójimo. Qué bueno es estar en Cuaresma, porque es en este tiempo donde nos
ejercitamos espiritualmente y sacamos lo mejor de nosotros en el servicio
fraterno, sin máscaras ni ataduras, ojalá viviéramos la cuaresma (conversión)
en todo momento.
2.
Nos encontramos celebrando en nuestra Diócesis de San
Cristóbal el año de la Iglesia en Conversión, como ruta de preparación hacia la
celebración de los 100 años de nuestra Iglesia diocesana en el año 2022. Y no
podíamos iniciar mejor este año que con la cuaresma, el mejor de los tiempos
para brillar como cristianos a ejemplo de Jesús. Además, qué bien nos haría
como catequistas, anunciarnos el Kerygma
unos a otros, recordarnos los pasos fundamentales de este anuncio que renuevan,
fortalecen y enriquecen nuestra fe, y sobre todo nos disponen a ser catequistas
de fe, y no de cátedra. Es por este motivo, que deseo compartir con ustedes
tres aspectos de la conversión que nos ofrece la Palabra de Dios en el día de
hoy, y los cuales nos pueden ayudar a bendecir, santificar y reconstruir la paz
y la esperanza entre los más sufrientes de nuestra población.
3.
El primer aspecto necesario al asumir el reto de la conversión
es reconocer
nuestros pecados. En el anuncio del Kerygma,
este es el segundo paso, aceptar que hemos pecado, que hemos sido nosotros
quiénes decidimos vivir al margen de Dios, ocultos, sea por vergüenza o por
indiferencia. Es necesario proclamar junto al profeta Joel (2, 12-18) un ayuno
santo para todos, que nuestras carencias y abstinencias nos permitan de verdad
reconocer que cometimos delante de Dios la maldad que Él aborrece, que nos
hemos hecho de la vista gorda y nos hemos enmudecido ante el pecado del mundo, hoy
más que nunca es necesario reconocer que, si en nuestro entorno sobreabunda el
pecado, es porque estamos echando en saco roto la gracia salvadora de Dios (Cf.
2Co 6,1). Hermano catequista, el mundo peca porque no tiene modelos de santidad
a seguir, y esos modelos que somos nosotros, nos estamos dejando opacar por las
distracciones del mundo. Ser santo es el reto (Mt 5,48), y sólo se llega a la
santidad pasando por la conversión.
4.
En segundo lugar, está la purificación, y ella se da con la
penitencia, la oración y la práctica de la justicia, elementos importantes que
nos ofrece hoy el salmo 50, el profeta Joel y el Evangelio de San Mateo. Y es
que todo arrepentimiento sincero necesita de la limpieza y restauración de la bondad,
y el Sacramento de la Reconciliación nos lleva a ello. Cuántos católicos
nuestros han abandonado la limpieza de su alma, incluso nuestros propios
catequistas, aun pudiendo hacerlo. Cómo nos haría bien una buena confesión y
ofrecer nuestras oraciones y prácticas cuaresmales por la purificación de
todos. Si es verdad que sin la Eucaristía no hay vida cristiana, también es
verdad que, sin el sacramento de la Reconciliación no hay verdadera conversión,
esto en aquellos que pueden confesarse. Que el ayuno, la oración y la caridad
sean el resultado de esta reconciliación, y que no le pongamos limitaciones.
5.
Por último, el tercer aspecto de este reto cuaresmal es actuar
en nombre de Cristo. Y esta parte viene a ser crucial en nuestro
caminar, ser testigos de un verdadero encuentro con Jesús que, sin conocer el
pecado bajó y cargó nuestros pecados por nuestra salvación (Cf. 2Co, 5,20). Jesús
mismo nos recuerda que no se puede actuar en su nombre y al mismo tiempo hablar
mal de Él (Cf. Mc 9, 38-39). Sin embargo, tristemente muchos de nosotros, como
cristianos, actuamos en nombre de Jesús y, nuestras obras hablan mal de Él,
porque aún no hemos asumido una verdadera conversión. Los invito a meditar
estos tres aspectos junto a los propósitos de cuaresma que nuestra iglesia
diocesana nos propone para este tiempo, con el fin de asumir una verdadera
conversión, brillar y hacer brillar al mundo en este tiempo tan favorable para
la salvación. Venezuela necesita hoy más que nunca catequistas convertidos, que
guíen con su ejemplo, para que nuestra nación jamás vuelva la espalda a Dios y
podamos hacer presente, desde ya, su Reino entre nosotros.
6.
Hermanos, luego de estos cuarenta días, ayudaremos a Jesús a cargar la
cruz de los pecados del mundo, le acompañaremos en su pasión y muerte, y
resucitaremos con Él a una vida nueva, esforcémonos porque todos los que estén
a nuestro alcance, no sólo en nuestra comunidad, inclusive en nuestras redes
sociales, se sientan motivados a acercarse al Señor Jesús, pues como decía San
Francisco de Asís: “pecamos en común, nos santificamos en común y nos salvamos
en común”. Con el gran amor de pastor que les tengo, y unido a nuestro Obispo
Monseñor Mario del Valle Moronta Rodríguez, les invito a dar lo mejor, no sólo
en esta cuaresma, sino en nuestro servicio, pues tengo la certeza de que los
catequistas somos los centinelas de la fe de la Iglesia. Les brindo mi humilde
bendición, esperando que ustedes también me bendigan desde todos los rincones
de nuestra diócesis con sus oraciones. Que Dios les bendiga a todos en el
nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, Amén.
QUE DIOS NOS CONCEDA A TODOS UNA CUARESMA Y UNA
SEMANA SANTA LLENA DE CONVERSIÓN PARA QUE NUESTRA PASCUA SEA UNA VENEZUELA
LLENA DE FE, ESPERANZA, JUSTICIA, AMOR Y PAZ.
¡FELICES PASCUAS!
Pbro. Juan Carlos Gómez Yanez
Su hermano
SAN CRISTÓBAL, 06 DE MARZO DEL AÑO 2019. INICIO DE LA
CUARESMA