miércoles, 5 de marzo de 2025

MENSAJE DE CUARESMA 2025 "LA CUARESMA ES TAMBIÉN UN TIEMPO DE ESPERANZA"

 

DIÓCESIS DE SAN CRISTÓBAL

VICARÍA DE PASTORAL

SECRETARIADO DIOCESANO DE CATEQUESIS

VENEZUELA

 

MENSAJE DE CUARESMA 2025

LA CUARESMA ES TAMBIÉN UN TIEMPO DE ESPERANZA

 

A TODOS LOS CATEQUISTAS QUE ANUNCIAN AL PUEBLO SANTO DE DIOS

EL EVANGELIO DE JESÚS EN LA IGLESIA DE SAN CRISTÓBAL

 

«Tengan cuidado de no practicar su justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos: de lo contrario, no recibirán ninguna recompensa del Padre que está en el cielo». (Mt 6, 1)

 

1. Un saludo de paz y bien para cada catequista que contribuye a iniciar a otros en la fe y la vida cristiana desde su testimonio de encuentro con Cristo. Nuevamente Dios omnipotente y misericordioso, nos permite a través de la liturgia de su santa Iglesia, vivir el sagrado tiempo litúrgico de la Cuaresma, camino de reflexión, penitencia, arrepentimiento, conversión y esperanza, que nos conduce a la celebración del misterio Pascual. Ante esta oportunidad que Dios nos regala, quiero invitarles a meditar en cortas líneas, sobre la esperanza en la vida del catequista, recordando una idea tan trillada, pero necesaria siempre de hacer presente: si el catequista no es un catecismo vivo para los demás, de nada sirve que de catequesis.

 

La Esperanza es una actitud

 

2. Recientemente, participé en los retiros espirituales anuales, que nuestra Iglesia Diocesana de San Cristóbal, nos facilita para el crecimiento y fortalecimiento de la vida espiritual del sacerdote. Allí, la reflexión fue dirigida entorno al Año Jubilar 2025: “Peregrinos de la Esperanza”; cada 25 años tenemos la oportunidad de vivir un año jubilar, el cual se caracteriza por la vivificante acción de la Iglesia para que sus hijos se acerquen y experimenten la misericordia de Dios, así como también busquen acercar a otros a ella. Algo que me pareció muy importante de este retiro fueron las actitudes para una conversación espiritual, las cuales, les relataré brevemente a continuación.

 

3. La primera actitud es la Escucha Activa. Y cómo no serlo, si en el camino de nuestra vida, antes de hablar, necesitamos escuchar, a Dios nuestro Padre a través de su Palabra, de la Liturgia, en el sacerdote, religioso/a, consagrados, hermanos laicos, y de tantas maneras que nos habla sobre el amor, perdón y compasión, y sin embargo, muchos siguen a medias, porque siempre se quiere dejar una reserva para alguien que cada quien juzgue que merezca una dosis de “justicia” que en verdad se traduce como represalia. Escuchar activamente, no significa simplemente oír, eso lo hace cualquiera; realmente significa comprender, aceptar, atender lo que estoy escuchando, sin dejar que nada ni nadie me aleje de ello. Pienso en tantos catequizandos, por ejemplo, que no son escuchados por sus catequistas, pues aun tenemos catequistas escolares, que se preocupan más por una clase y una nota, que por acercar a otros a Dios.

 

4. La siguiente actitud, es Hablar desde el corazón. Y es totalmente lógico que sea el segundo paso. Obviamente, si escuchas con amor, hablarás y responderás con amor; si escuchas con compasión, lo mismo pasará… la actitud con la que escuchas, te permitirá responder adecuadamente, con serenidad, paciencia y, sobre todo, con el corazón de Dios, que quiere que todos entremos en comunión con el otro. Necesario es tener presente que, el hecho de no ser amigos, no significa que no somos hermanos. Reconocernos como hermanos es lo más sagrado que tenemos, pues nos fue dado en el bautismo, lo es mucho más que la amistad.

 

5. La tercera actitud, y necesaria en nuestra vida cristiana es el Silencio. Y cómo nos hace falta esta experiencia. El silencio ayuda a discernir lo que necesito hacer, pensar, decir, cómo decirlo, callar, escribir, hasta vivir y sentir, con el fin de buscar la gloria de Dios y el bien de mis hermanos, lo cual todo redunda en nuestra propia santificación. El silencio siempre trae a nuestro corazón cosas nuevas, imagínense cuántas de esas novedades no han podido llegar a nuestras vidas por nuestra falta de silencio interior, ese que permite el surgimiento de voces proféticas para actuar en nombre de Cristo. Además, recordemos siempre esto: el silencio es la mejor oración que podemos tributarle a Dios. y con ella, nuestras acciones serán justas y cuidadosas, para que solo el Padre Celestial pueda verlas con amor. Como bien lo dirá San Enrique de Ossó de la Compañía de Santa Teresa de Jesús: “el silencio es la morada de las almas grandes”.

 

La Esperanza nos convierte en verdaderos peregrinos de Dios.

6. Por último, es necesario recordar que, sin esperanza, corremos el riesgo de defraudar todo lo que somos y creemos. Qué importante es ser un peregrino de esperanza, un santuario de encuentro para otros, y esa esperanza se construye en la oración. No dejemos de orar y ofrecer nuestros sacrificios por la salud del Santo Padre Francisco, por la santificación y renovación permanente de nuestra Iglesia, y para que, en nuestras parroquias, especialmente en la catequesis, seamos constructores del REINO DE DIOS. Oremos también por nuestros Obispos: Monseñor Lisandro Alirio Rivas Durán, nuestro Obispo Auxiliar Monseñor Juan Alberto Ayala, y nuestro Obispo Emérito Mario Moronta; les renuevo hoy y siempre el compromiso de vivir unidos como una sola Iglesia, cuerpo de Cristo, y les brindo mi humilde bendición, esperando que ustedes también me bendigan desde todos los rincones de nuestra diócesis con sus oraciones. Que por intercesión de nuestro Santo Cristo del Rostro Sereno y por mediación de nuestra Señora de la Consolación, recibamos la bendición: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, Amén.

 

QUE DIOS NOS CONCEDA A TODOS UNA CUARESMA Y UNA SEMANA SANTA LLENA DE LA ESPERANZA DE CRISTO QUE NOS CONDUCE A UNA PASCUA VIVA Y EFICAZ EN NUESTRO PAÍS VENEZUELA.

¡FELICES PASCUAS!

 

Pbro. Juan Carlos Gómez Yanez

Su hermano

 

SAN CRISTÓBAL, 05 DE MARZO DEL AÑO 2025. INICIO DE LA CUARESMA

 

 


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