PATRONO DEL CATEQUISTA
MENSAJE DEL DÍA DEL CATEQUISTA
A TODOS LOS CATEQUISTAS QUE ANUNCIAN AL PUEBLO
SANTO DE DIOS
EL EVANGELIO DE JESUS EN LA IGLESIA DE SAN
CRISTOBAL
«SÓLO EN CRISTO HEMOS CONOCIDO EL VERDADERO
AMOR»
1.
Un saludo fraterno a todos mis queridos
hermanos catequistas, quiénes con mucha alegría hoy, celebramos nuestro día
haciendo memoria del recordado primer Papa santo del siglo XX: San Pío X (1903),
quien anheló desde sus inicios “Renovar todas las cosas en Cristo”.
2.
Cada 21 de agosto celebramos con
alegría el Día del Catequista, y es una ocasión bella para meditar a la luz del
evangelio el Servicio al cual hemos sido elegidos como moldeadores de “OTROS
CRISTOS” en nuestras comunidades.
3.
El Evangelio de hoy, según San Mateo (22,34-40),
nos presenta a un doctor de la ley preguntándole (para ponerlo a prueba) por “el
mandamiento más grande de la ley”, el cual,
como ya sabemos, Jesús mismo indica que son dos en uno: “Amarás
al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente”.
Y el segundo: “amarás a tu prójimo como a ti mismo”.
4.
Se nos invita a reflexionar en
torno al amor. El amor que es más que un sentimiento, una decisión que estamos
llamados a elegir día a día por encima de toda maldad. Esta fue la razón por la
que Jesús vino al mundo y se entregó en sacrificio por nuestra salvación,
porque su Amor fue sin límites. El mismo apóstol San Pablo nos lo recuerda
diciendo que este amor: “perdona sin límites, cree sin límites, espera sin
límites, aguanta sin límites” (1Co 13, 7).
5.
Entonces, si el amor de Cristo nos primerea
(Cf. 2Co 5, 14) (utilizando el verbo primerear del Santo Padre Francisco), ¿qué
hacemos nosotros dejando de lado el amor? El Santo Padre ha insistido durante
este año en dos ideas fundamentales que están afectando demasiado el ecosistema
del amor: “indiferencia y descarte”. Y es muchísimo lo que debemos llamarnos la
atención al respecto, sin embargo, espero que estas líneas nos ayuden a
profundizar en un sincero examen de conciencia, y en un verdadero propósito de
enmienda que tenga en cuenta que el amor no excluye, incluye.
6.
En nuestras catequesis corremos el
riesgo de ser indiferentes o excluyentes, y esto, porque no hemos conocido aún
el amor de Dios, no hemos entrado en plena intimidad con su misericordia. Deseo
recordar aquí dos pasajes espectaculares del antiguo testamento, que me
parecen, complementan aquella frase de Pablo “Sin amor no tengo nada” (1Cor 13,
3).
7.
El primero, a saber, nos lo da el
profeta Isaías: “Aunque se aparten las montañas y vacilen las colinas, mi amor
no se apartará de ti, mi alianza de paz no vacilará, dice el Señor, que se
compadeció de ti” (54, 10). El Señor es el único que sabe amar, y quiere
enseñarnos su amor, un amor que no vacila, que no se rinde, porque rendirse
para Dios no es una opción; en cambio, para nosotros los seres humanos,
rendirse tiene dos significados, en muchas ocasiones: dejar de intentarlo; y
otras veces: agotarlo todo. Pudiéramos cuestionarnos entonces las veces en que
nos hemos rendido tan fácilmente ante las adversidades, cuando tenemos un Dios
que lo arriesga todo por todos nosotros.
8.
El segundo, nos lo presente el
profeta Jeremías: “Con amor eterno te he amado, por eso te sigo tratando con
misericordia” (31, 3). No es cuestión de paciencia o tolerancia, el amor de
Dios, aunque estas virtudes son destacables en su infinita bondad; es cuestión
de amor, puro y verdadero, sin límites, capaz de todo por nosotros, hasta lo
imposible y más, porque cada uno es imagen y semejanza suya (Cf. Gn 1, 26-27),
y ello nos hace más que valiosos.
9.
En tal sentido, reflexionemos ¿qué
tan cargados de amor están nuestros encuentros de catequesis? ¿O aún siguen
siendo clases?
10. Sólo
me resta decirles que, la propuesta, aunque se presenta simple, es todo un
reto: Ama sin límites y Jesús no pondrá límites en tu vida. Como nos dijo el
Papa Francisco en su visita a Latinoamérica: “Tampoco la propuesta de Jesús es un arreglo hecho a nuestra medida en el
que nosotros ponemos las condiciones, elegimos los integrantes y excluimos a
los demás”.
11.
Hoy pedimos por intercesión de
nuestro patrono, que el catecismo que de verdad necesite nuestro pueblo y
nuestra Iglesia seamos nosotros, con nuestros pensamientos, palabras y obras.
¡Que con sólo vernos y oírnos los demás, deseen vivir más como Jesús! Que San
Pío X interceda ante el Señor para que seamos todos: catequistas con una
personal e íntima relación con Cristo, ese debe ser el fundamento de nuestras
vidas.
12.
Encomendando nuestro servicio bajo
la protección de nuestra Madre Santísima, María del Táchira, Nuestra Señora de
la Consolación, y de nuestro Santo Cristo del Rostro Sereno para que nos
bendiga y nos guarde siempre, les deseamos un feliz día del Catequista: los
delegados vicariales del secretariado de catequesis diocesano y su director, recordándoles
que lo esencial de la catequesis y la fe se trata de aprender lo que Jesús nos
enseñó para vivir como Jesús vivió; no basta saber más, hay que vivir más y así
nuestro testimonio será ese amor que renueva todo, Dios les bendiga.
Los Delegados
Vicariales
Pbro.
Juan Carlos Gómez Yanez
Su
hermano y compañero en el ministerio catequético.
«No escatimaré ni cuidado,
ni trabajo, ni ardientes plegarias por la salvación de las almas. Mi esperanza
está en Cristo». San Pío X
No hay comentarios:
Publicar un comentario