Vicaría
de Pastoral
SECRETARIADO DIOCESANO DE CATEQUESIS
VENEZUELA
MENSAJE DE NAVIDAD 2019
EL MISTERIO DE LA NAVIDAD ESTÁ EN
VENCER LAS DIFICULTADES POR AMOR
A TODOS LOS CATEQUISTAS QUE ANUNCIAN AL PUEBLO
SANTO DE DIOS
EL EVANGELIO DE JESÚS EN LA IGLESIA DE SAN CRISTÓBAL
«Lo envolvió en
pañales y lo acostó en un pesebre, porque no habían encontrado sitio en la
posada» (Lc 2, 7)
1.
Hoy
como cada año, los cristianos celebramos el nacimiento de Jesús, el Hijo del
Dios Altísimo, el “Dios-con-nosotros” no como el recuerdo de un acontecimiento
que dividió la historia en dos, un antes y un después de Cristo, sino también,
como el fruto de una preparación espiritual en la que deseamos que el Mesías
nazca también en nuestras vidas, en ser humano, para que su paz reine en toda
la faz de la tierra. Y, para que esto suceda, se hace muy necesario, cada vez
más, que nosotros, catequistas-mensajeros de la Buena Nueva del Señor,
profundicemos inagotablemente, este episodio ocurrido en Belén de Judá, y que
le da sentido a nuestras vidas y servicio eclesial.
2.
Un
acontecimiento que vence las dificultades.
En muchas ocasiones, el
nacimiento de Jesús se ha visto como un acontecimiento tan bello y hermoso, que
hemos dejado de lado todas las dificultades por las que atravesaron para que
esto sucediera. Dichas adversidades son las que engalanan y embellecen todavía
más la navidad, pues nos enseña que después de la tormenta siempre viene la
calma, que después de la noche aparece la luz del día, y que las dificultades
que vivimos a diario, no han estado nunca ajenas a la vida de Cristo, pues Él
también las encarnó en su vida para estar unido a todos en todo, menos en el
pecado (Cf. Hb 2,17.4,15).
3.
Hacer
memoria de estas adversidades nos servirá para fortalecer nuestra fe, nuestro
corazón, nuestra vida, nos recordará que la navidad es alegría y gozo porque Él
viene a luchar por ti y por mí; nos invitará a formar parte de esa lucha contra
el pecado que tanto daño le hace al mundo sin detenerse; nos dará la fuerza
necesaria para demostrarle al mundo que nada ni nadie está por encima de Dios,
y que sus victorias llenas de sangre, de pecado y maldad, son como una higuera
que al no dar frutos, es maldecida y destinada a secarse (Cf. Mt 21, 18-19). Queridos
hermanos catequistas, estamos en el equipo campeón, así que no se desesperen ni
angustien ante las dificultades, porque Él viene a través de nosotros para
salvarnos. Es por ello, que deseo reflexionar junto a ustedes unas breves pero
significativas ideas sobre las dificultades que San José y la Virgen
atravesaron camino a Belén.
4.
Dios
jamás perjudica nuestras vidas, las fortalece.
Iniciemos con el anuncio del
Ángel Gabriel a la Virgen (Cf. Lc 1, 26-38). Qué primera impresión la que nos
da María, aparece en escena y le gana en fe al mismo Zacarías (Cf. Lc 1, 5-25),
sólo pregunta cómo ha de suceder eso, pues aún no se ha unido a su esposo San
José. El ángel comprende muy bien su preocupación y le hace ver que para Dios
no hay imposibles que, así como ha concebido su prima Isabel, a pesar de su
avanzada edad y estéril, así Dios también hará lo imposible con ella, el
Espíritu Santo descenderá sobre ella y el poder del Altísimo la cubrirá con su
sombra, de esa forma, en ningún momento será trastocada su pureza y virginidad
(Cf. Lc 1,35). El ángel se preocupa por dejar esto muy claro, para que
comprendamos que Dios jamás toca
nuestras vidas para desmejorarlas, todo lo contrario, Dios cuando nos da una
prueba, es para mejorarnos, llevarnos al siguiente escalón que nos acerca junto
a ÉL.
5.
La
respuesta de la Virgen es mucho más que satisfactoria y ejemplar, su Sí ha sido
histórico, aceptó el plan de Dios sin dudar de su Palabra, a pesar de todas las
consecuencias que rodeaban a esta joven al aparecer embarazada delante de José
su esposo, arriesgándose a ser acusada, ser condenada a morir apedreada según
la ley de Moisés... estamos delante de una mujer de fe, que para Dios su
respuesta siempre será afirmativa, pues es humilde, confía en Dios y se siente
amada por ÉL. Qué ejemplo más grande tenemos para imitar ante tantos no que le
damos al Plan de Dios en nuestras vidas, ante tantas excusas que nos alejan de
la vivencia de la fe. Qué irónico, parece que a muchos les da temor lo que Dios
pueda hacer en sus vidas al sacarlos de su comodidad, conformismo e
indiferencia, mientras que no nos da temor lo que el mundo hace con nosotros.
María es el modelo que nos enseña que quien se entrega a Dios, Dios también se
entrega a él. Dice el Santo Padre en su Exhortación «Al que arriesga, el Señor no lo defrauda, y cuando alguien da un
pequeño paso hacia Jesús, descubre que Él ya esperaba su llegada con los brazos
abiertos» (Cf. EG n.3).
6. La verdadera justicia no está en
desquitarse.
7. Ahora pensemos en San José, el gran hombre
del silencio, no aparece ni una sola palabra suya en la Sagrada Escritura, pero
la Palabra habla de su enorme ejemplo, lo llama “justo” (Cf. Mt 1, 19), y nos
enseña el verdadero sentido de la justicia. La Biblia no llama justo a
cualquiera, son pocos los personajes que llevan esta etiqueta, y esto es debido
a que su justicia no se basa en un mero cumplimiento de la ley, en el cual,
muchos se lavan las manos como Pilatos diciendo expresiones como: “ese no es mi
problema”; Luego de que José se entera por labios de María de que está embarazada,
se siente confundido y no sabe qué hacer… pudieron haber pasado miles de
pensamientos por la mente de José, sintiéndose tal vez decepcionado, frustrado
y demás.
8. Sin embargo, a pesar de la situación, nunca
le pasa por la mente a José ponerla en evidencia, ni lastimarla. No está
dispuesto a exponerla ante las autoridades judías para que sea lapidada a
pedradas como está mandado. Todo lo contrario, piensa dejarla en secreto,
quedando él ante su comunidad como un cobarde. José prefiere ser visto como un
cobarde ante los hombres, y no como un soberbio-indiferente ante Dios. Ciertamente
Dios tiene un plan y se encarga de que todo se cumpla. Por eso envía a su ángel
en un sueño para que José entienda lo que está pasando, tal vez no logra
entender mucho de este plan, pero sí sabe algo, que si este plan es de Dios, él
está dispuesto a seguirlo sin dudar, es por ello que al despertar del sueño,
inmediatamente se levanta y se pone en camino para buscar a María y recibirla
como su esposa para seguir el designio que Dios ha trazado para salvar a su
pueblo (Cf. Mt 1, 18-25). Hermanos, en
la Palabra no leemos un “te amo Dios” de parte de José, o cualquier otra frase
espectacular, pero sus acciones son el más hermoso detalle de amor que sólo un
hombre justo puede realizar.
9. Cómo nos hace falta vivir justamente como
José, ser justos en nuestras vidas con las personas que nos rodean, con los
débiles y necesitados, y ser justos también con nuestra catequesis. El mundo
apunta a la promoción de una visión alcanzable de la felicidad prescindiendo de
Dios (Cf. AIDM 18), es por ello que, el Papa Francisco invita a reconocer entre
nuestras debilidades la realidad de que “nuestro pueblo bautizado no
experimenta su pertenencia a la Iglesia” (EG, 63). En otras palabras, con el paso
de los años se ha venido desgastando en nuestra Iglesia el crecimiento en la
fe, opacando la Alegría del encuentro con Jesús que tanto necesitan aquellos
que esperan ser invitados y motivados a formar parte de nuestras comunidades.
Cuánta gente, anhela encontrar paz, reconciliación, amor, alegría, fraternidad,
motivación, luz, esperanza y otras tantas virtudes más en nuestra catequesis y
parroquias, y la mayoría choca con regaños, malas caras, gritos, exigencias
absurdas, falta de comprensión, de cercanía, del rostro misericordioso de
Cristo que se supone llevamos.
10.
Solo
imagino el rostro de José al buscar a la Virgen María, asustada y preocupada
por su relación matrimonial, imagino esa sonrisa digna del recién elegido padre
en la tierra del Hijo de Dios, sonrisa sincera y justa que a muchos nos falta
en la catequesis. Este hombre, sólo sabe responder con amor a las dificultades,
por eso es justo. He allí el misterio de la navidad, el vencer las dificultades
por amor. Es bonito todo el toque alegre que le colocamos a estas fiestas, pero
para José y María sólo se convirtió en fiesta luego de vencer los miles de
obstáculos para que Jesús naciera. Venzamos los obstáculos que como catequistas
tenemos actualmente, y dejemos de buscarle posada a la tibieza y mediocridad, a
la dureza y legalismo, a la farsa de pretender ser catequistas cuando en muchas
ocasiones convertimos nuestra catequesis en una caricatura. Todos somos
mensajeros, la pregunta es: ¿Qué mensaje estoy dando en mi vida y en la
Iglesia?, porque ese mensaje es el que están recibiendo las generaciones que se
nos ha encomendado formar, más no deformar.
11.
El
camino de Nazaret a Belén y el rechazo de los posaderos.
El evangelista
San Lucas nos relata que por un decreto del emperador Augusto que ordenaba a todo
el mundo inscribirse en un censo, José se vio obligado a subir de Nazaret a la
ciudad de David llamada Galilea para inscribirse con la Virgen María en dicho
censo. Pensemos en nuestras experiencias de habernos visto obligados a
trasladarnos a un sitio lejano para participar en el registro de un documento
personal y todas sus dificultades, y tengamos presente que no se comparan con
el medio de transporte, los días de camino (4 a 6 días, 120km de recorrido), la
intemperie y otras muchas dificultades más, junto con el embarazo de la Virgen
que ya estaba por dar a luz a nuestro Salvador.
Muchos allí habían dejado aquella pequeña y noble población para
superarse en la vida, y ahora tenían que volver obligados por el censo. Podemos
imaginar la sobrepoblado y saturado que estaría aquel pueblo que era tranquilo,
afable, silencioso y de pocos habitantes.
8. Es por ello
que no encontraron posada, porque no había espacio para una mujer embarazada en
ese lugar. Sin embargo, José no se iba a quedar de brazos cruzados, esperando a
que el niño naciera en una plaza en medio de gente tal vez ebria, o en
cualquier otra situación inadecuada, él sabe que Dios le ha concedido compartir
la paternidad con él, y está dispuesto a demostrar que Dios no se ha equivocado
en elegirlo, y responde a las dificultades con ese AMOR característico que no
se rinde en la búsqueda de un lugar para que nazca su hijo que es Hijo de Dios.
Por eso a María le tocó dar a luz a su Hijo primogénito, y lo envolvió en
pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos entre tanta
algarabía (Cfr. Lc 2, 7).
12. Y nosotros podemos estar ignorándolo de la
misma manera que los habitantes de Belén, porque tenemos nuestras posadas y
nuestras casas llenas de gente que no nos permite recibir al salvador, le
hacemos el camino, la llegada y la posada difícil a nuestro Salvador con toda
una gama de ocupaciones y buenas excusas de no poder cambiar porque “la vida es
así”, cuando la verdad es que cada quien hace su vida con o sin Dios. Hoy más
que nunca es importante tener en consideración la llamada a dar respuesta de
nuestra esperanza que es Cristo (Cfr. 1Pe 3,15), nuestra catequesis necesita
ofrecer los fundamentos necesarios para que cada cristiano sepa dar razones de
su fe, sus principios morales, su estilo de vida y no termine relativizando su
identidad y tergiversándola con el mundanismo presente en nuestra sociedad. Es
esta necesidad la que debemos cubrir en mayor parte, para poder generar un
sentido de pertenencia a la comunidad cristiana, ya que la mera sacramentación
se convierte en muro y no en puerta de acceso a la experiencia de la fe (Cf.
AIDM 26).
13. Nos encontramos caminando rumbo a los 100
años de nuestra Iglesia diocesana, y vivimos la misma experiencia de La Virgen
María y San José camino a Belén y buscando posada, muchos nos hacen la tarea
difícil, otros nos cierran las puertas, y nosotros corremos el riesgo de
volvernos duros de corazón. El año 2020 estará dedicado a la salida misionera,
y como catequistas, somos los primeros llamados a salir de nuestras
comodidades, conformismo, limitaciones e indiferencias para salir al encuentro
del otro, hagamos eco de las palabras del apóstol Pablo: “gustosísimo me sacrificaré una o más veces por ustedes, aunque
amándolos más, sea menos amado” (2Cor 12, 15). No pasemos la vida esperando
momentos especiales sin correr riesgos, como una noche buena para que Jesús
nazca en nuestras vidas, más bien corramos el riesgo de hacer especial cada
momento de nuestras vidas, dentro y fuera de la Iglesia, con la fe y esperanza
de que si luchamos, Jesús siempre estará “con-nosotros”(Mt
1, 23).
14. La pregunta a reflexionar es si estamos
dispuesto a dejarle nacer, no por un día, sino siempre. Porque colocar una
imagen del niño Jesús en un pesebre, lo hace cualquiera, hasta el ser más
perverso e hipócrita del mundo. Pero abrir las puertas de nuestro corazón a
Jesús para que nazca en el pesebre de nuestras vidas, eso solo lo hace alguien
que ama hasta lo imposible y mucho más. Esperando que cada día renovemos
nuestro compromiso de ser catequistas ante Dios y su Iglesia, guiada por
nuestro Obispo Mario Moronta, les imparto mi humilde bendición recordándoles
las palabras que año tras año prometemos en la Semana Nacional de Catequesis: “ASUMO
CON ALEGRÍA ESTA RESPONSABILIDAD SIENDO CONSCIENTE DE QUE ESTA TAREA ME TRAERÁ
GOZOS, SACRIFICIOS Y SUFRIMIENTOS. PERO SÉ TAMBIÉN QUE CONTARÉ SIEMPRE CON LA
AYUDA DE DIOS”. Que el Señor les bendiga en el nombre del Padre, y del Hijo y
del Espíritu Santo, Amén.
FELIZ NAVIDAD 2019 Y PRÓSPERO AÑO
NUEVO 2020 MIS HERMANOS CATEQUISTAS!!!
Pbro. Juan Carlos
Gómez Yanez
Su hermano y servidor
Catequistas Delegados Vicariales de Catequesis
SAN CRISTÓBAL, 25 DE
DICIEMBRE DEL AÑO 2019. FIESTA DE LA NATIVIDAD DEL SEÑOR.