21 de agosto
FIESTA
DE SAN PÍO X
PATRONO DEL
CATEQUISTA
A TODOS LOS
CATEQUISTAS QUE ANUNCIAN AL PUEBLO SANTO DE DIOS
EL EVANGELIO DE
JESÚS EN LA IGLESIA DE SAN CRISTÓBAL
MENSAJE DEL DÍA DEL
CATEQUISTA 2020
«Los catequistas
también tenemos la cura para el mal en el mundo»
1. Un saludo de paz y bien para todos
mis hermanos catequistas de nuestra Iglesia local de San Cristóbal,
no me canso de saludarles deseándoles paz y bien, porque esto es lo que estamos
llamados a vivir, predicar y sembrar en el mundo para que el Reino de Dios reine
en él. Qué alegría deseo que sintamos en este día y, cada día de nuestras
vidas, al ser elegidos, no por nuestros méritos o capacidades, sino por la
infinita misericordia de Dios que no se cansa ni se rinde de nosotros, y que
confía en nuestras manos un gran tesoro: la extensión de su Reino a través del
Evangelio, del Kerygma, de nuestro testimonio en el mundo.
2. Hoy celebramos el día de San Pío X, patrono de los catequistas, un santo que sigue siendo un desconocido para muchos, en medio de su loable testimonio y labor incansable por la catequesis en la historia, a quien le preocupaba profundamente la ignorancia y la poca experiencia de fe, no sólo de los niños, sino también de los adultos y ancianos. En su Encíclica Acerbo Nimis cuestionaba aquellas catequesis y discursos que sólo servían para halagar el oído, pero no movían las almas (Cf. n.10). Siempre viene a mi mente, entre sus escritos, las siguientes palabras: “El que conociendo el mal no lo combate, es cómplice”. Y justo de esto quiero invitarles a meditar hoy, porque los catequistas también somos parte de la cura para el mundo, cuando tomamos conciencia de nuestra gran responsabilidad con Jesucristo para salvar almas.
3. El pasado miércoles 19 de agosto, como todos los miércoles del año, el Santo Padre el Papa Francisco, se dedica a dar una catequesis para aquellos que participan en la Audiencia General. Dicha catequesis es publicada por muchos medios. Quizás los catequistas podríamos ser los primeros en estar atentos a tan valiosas enseñanzas. Y deseo hacer mención a esta en especial, porque nos catequiza sobre la pandemia que tanto flagelo le ha traído a la humanidad. Tal vez algunos estén cansados de escuchar o leer sobre el covid-19, pero esta no es la intención del Papa en su catequesis, ni la mía en este mensaje. La verdadera intención es reflexionar cómo el mundo se detuvo ante un pequeño virus que pone en peligro la existencia humana, pero no se ha detenido ante grandes virus sociales, morales y espirituales que destruyen paso a paso la dignidad humana como valor existencial para toda la humanidad.
El Santo Padre afirma que:
“es indispensable encontrar la cura para un virus pequeño pero terrible,
que pone de rodillas a todo el mundo… [pero] tenemos que curar un gran virus,
el de la injusticia social, de la desigualdad de oportunidades, de la
marginación y de la falta de protección de los más débiles” (Catequesis, 19
agosto 2020).
4. El mal ha creado sus propios virus, que silenciosamente atacan a muchos desde diversos aspectos, incluso a nosotros mismos como cristianos nos puede atacar en un relativismo moral, acompañado de diversos síntomas: conformismo, comodidad, indiferencia. Es por ello que, conociendo el mal que sobreviene como virus en el testimonio de nuestra fe (catequesis, comunidad, parroquia…), no podemos seguir siendo cómplices, sino que tenemos la responsabilidad de llevar la cura a esta enfermedad en tantos que ven la catequesis como un requisito para recibir un sacramento, para un salir de eso, en fin, no lo ven como un enamorarse de Dios. El evangelista San Mateo, en este día, nos recuerda el mandamiento más importante, en resumidas palabras: “amar a Dios y al prójimo como a ti mismo” (Cf. Mt 22,34-40), y esta es la cura que como catequistas estamos llamados a dar a tantos que no le encuentran sentido a la fe. Amar mis queridos hermanos le da otro sentido a lo que somos y hacemos.
5. Nuestro Obispo Monseñor Mario Moronta siempre ha insistido incansablemente en que la mayor virtud, don y catecismo que puede tener la catequesis en nuestra Diócesis y nuestros catequistas es su propio testimonio, traducido en conocer, amar y actuar en el nombre del Señor. Mis hermanos, les hablo con el corazón cuando les digo que nos repitamos estas palabras y las coloquemos en práctica, porque en nuestras manos tenemos muchas almas que podemos ayudar a salvar o condenar… somos quienes tenemos la cura que es el mismo Cristo Jesús, Señor nuestro. Alguno dirá: “pero yo no puedo absolver los pecados, ¿cómo puedo llevar la cura?” les respondo: cuando ustedes y yo acercamos a los demás a Cristo, en la oración, en el conocimiento y amor por la Palabra, y especialmente a través de nuestros sacerdotes, nos convertimos en parte de esa cura. Piensa y medita hoy en los rostros y vidas de tantos que tienes en estos momentos en tus manos, y comprometámonos a salvarlos, porque salvándolos, estaremos salvando a la humanidad que necesita hombres y mujeres de bien, no más cómplices del mal.
6. Sigo creyendo que estamos viviendo un tiempo de Gracia, este es el tiempo que prueba nuestra fe y nuestro amor por Cristo y su Iglesia, no esperemos invitación, dispongámonos a servir desde el amor. Les invito a sacar lo mejor de nosotros en estos momentos que vivimos, brindando fortaleza humana y espiritual a los más débiles, siendo respetuosos y obedientes a la voz de nuestros pastores de mantener la cuarentena en nuestras parroquias, y reinventándonos en la catequesis, conociendo el nuevo Directorio para la Catequesis con el fin de cumplir la voluntad de Dios y nunca la nuestra, pues la nueva evangelización necesita desligarse del esquema escolar, superar la mentalidad sacramental y dejar atrás la instrumentalización pastoral, respetando y acompañando el ritmo con el que cada uno recorre su fe. El mundo hoy, necesita más de Cristo, la verdadera cura que sana tantas desigualdades.
7. Con mi bendición les recuerdo que ser servidores en la catequesis nos convierte en las personas más importantes dentro de la Iglesia, no de rango, sino de servicio. Les deseo un feliz día del catequista y de nuestro santo patrono, fortalezcamos nuestra oración por todos: por los que están en cuarentena, por los que están contagiados del Covid-19, por tantos médicos, enfermeros, personal de protección civil y bomberos, y todos aquellos que luchan por salvar vidas; oremos también por nuestros catequistas, sacerdotes, y por nuestro Obispo, quien como Pastor confía en el amor, servicio y testimonio todos nosotros en nuestra Iglesia, les bendigo en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Los Delegados
Vicariales
Pbro. Juan Carlos
Gómez Yanez
Director del
Secretariado Diocesano de Catequesis
Su hermano y
compañero en Cristo Jesús
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