miércoles, 25 de diciembre de 2019

MENSAJE DE NAVIDAD 2019 EL MISTERIO DE LA NAVIDAD ESTÁ EN VENCER LAS DIFICULTADES POR AMOR




Diócesis de San Cristóbal
Vicaría de Pastoral
SECRETARIADO DIOCESANO DE CATEQUESIS
VENEZUELA

MENSAJE DE NAVIDAD 2019
EL MISTERIO DE LA NAVIDAD ESTÁ EN VENCER LAS DIFICULTADES POR AMOR

A TODOS LOS CATEQUISTAS QUE ANUNCIAN AL PUEBLO SANTO DE DIOS
EL EVANGELIO DE JESÚS EN LA IGLESIA DE SAN CRISTÓBAL

«Lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no habían encontrado sitio en la posada» (Lc 2, 7)

1.       Hoy como cada año, los cristianos celebramos el nacimiento de Jesús, el Hijo del Dios Altísimo, el “Dios-con-nosotros” no como el recuerdo de un acontecimiento que dividió la historia en dos, un antes y un después de Cristo, sino también, como el fruto de una preparación espiritual en la que deseamos que el Mesías nazca también en nuestras vidas, en ser humano, para que su paz reine en toda la faz de la tierra. Y, para que esto suceda, se hace muy necesario, cada vez más, que nosotros, catequistas-mensajeros de la Buena Nueva del Señor, profundicemos inagotablemente, este episodio ocurrido en Belén de Judá, y que le da sentido a nuestras vidas y servicio eclesial.
2.       Un acontecimiento que vence las dificultades.
En muchas ocasiones, el nacimiento de Jesús se ha visto como un acontecimiento tan bello y hermoso, que hemos dejado de lado todas las dificultades por las que atravesaron para que esto sucediera. Dichas adversidades son las que engalanan y embellecen todavía más la navidad, pues nos enseña que después de la tormenta siempre viene la calma, que después de la noche aparece la luz del día, y que las dificultades que vivimos a diario, no han estado nunca ajenas a la vida de Cristo, pues Él también las encarnó en su vida para estar unido a todos en todo, menos en el pecado (Cf. Hb 2,17.4,15).
3.       Hacer memoria de estas adversidades nos servirá para fortalecer nuestra fe, nuestro corazón, nuestra vida, nos recordará que la navidad es alegría y gozo porque Él viene a luchar por ti y por mí; nos invitará a formar parte de esa lucha contra el pecado que tanto daño le hace al mundo sin detenerse; nos dará la fuerza necesaria para demostrarle al mundo que nada ni nadie está por encima de Dios, y que sus victorias llenas de sangre, de pecado y maldad, son como una higuera que al no dar frutos, es maldecida y destinada a secarse (Cf. Mt 21, 18-19). Queridos hermanos catequistas, estamos en el equipo campeón, así que no se desesperen ni angustien ante las dificultades, porque Él viene a través de nosotros para salvarnos. Es por ello, que deseo reflexionar junto a ustedes unas breves pero significativas ideas sobre las dificultades que San José y la Virgen atravesaron camino a Belén.
4.       Dios jamás perjudica nuestras vidas, las fortalece.
Iniciemos con el anuncio del Ángel Gabriel a la Virgen (Cf. Lc 1, 26-38). Qué primera impresión la que nos da María, aparece en escena y le gana en fe al mismo Zacarías (Cf. Lc 1, 5-25), sólo pregunta cómo ha de suceder eso, pues aún no se ha unido a su esposo San José. El ángel comprende muy bien su preocupación y le hace ver que para Dios no hay imposibles que, así como ha concebido su prima Isabel, a pesar de su avanzada edad y estéril, así Dios también hará lo imposible con ella, el Espíritu Santo descenderá sobre ella y el poder del Altísimo la cubrirá con su sombra, de esa forma, en ningún momento será trastocada su pureza y virginidad (Cf. Lc 1,35). El ángel se preocupa por dejar esto muy claro, para que comprendamos que  Dios jamás toca nuestras vidas para desmejorarlas, todo lo contrario, Dios cuando nos da una prueba, es para mejorarnos, llevarnos al siguiente escalón que nos acerca junto a ÉL.
5.       La respuesta de la Virgen es mucho más que satisfactoria y ejemplar, su Sí ha sido histórico, aceptó el plan de Dios sin dudar de su Palabra, a pesar de todas las consecuencias que rodeaban a esta joven al aparecer embarazada delante de José su esposo, arriesgándose a ser acusada, ser condenada a morir apedreada según la ley de Moisés... estamos delante de una mujer de fe, que para Dios su respuesta siempre será afirmativa, pues es humilde, confía en Dios y se siente amada por ÉL. Qué ejemplo más grande tenemos para imitar ante tantos no que le damos al Plan de Dios en nuestras vidas, ante tantas excusas que nos alejan de la vivencia de la fe. Qué irónico, parece que a muchos les da temor lo que Dios pueda hacer en sus vidas al sacarlos de su comodidad, conformismo e indiferencia, mientras que no nos da temor lo que el mundo hace con nosotros. María es el modelo que nos enseña que quien se entrega a Dios, Dios también se entrega a él. Dice el Santo Padre en su Exhortación «Al que arriesga, el Señor no lo defrauda, y cuando alguien da un pequeño paso hacia Jesús, descubre que Él ya esperaba su llegada con los brazos abiertos» (Cf. EG n.3).
6.       La verdadera justicia no está en desquitarse.
7.       Ahora pensemos en San José, el gran hombre del silencio, no aparece ni una sola palabra suya en la Sagrada Escritura, pero la Palabra habla de su enorme ejemplo, lo llama “justo” (Cf. Mt 1, 19), y nos enseña el verdadero sentido de la justicia. La Biblia no llama justo a cualquiera, son pocos los personajes que llevan esta etiqueta, y esto es debido a que su justicia no se basa en un mero cumplimiento de la ley, en el cual, muchos se lavan las manos como Pilatos diciendo expresiones como: “ese no es mi problema”; Luego de que José se entera por labios de María de que está embarazada, se siente confundido y no sabe qué hacer… pudieron haber pasado miles de pensamientos por la mente de José, sintiéndose tal vez decepcionado, frustrado y demás.
8.       Sin embargo, a pesar de la situación, nunca le pasa por la mente a José ponerla en evidencia, ni lastimarla. No está dispuesto a exponerla ante las autoridades judías para que sea lapidada a pedradas como está mandado. Todo lo contrario, piensa dejarla en secreto, quedando él ante su comunidad como un cobarde. José prefiere ser visto como un cobarde ante los hombres, y no como un soberbio-indiferente ante Dios. Ciertamente Dios tiene un plan y se encarga de que todo se cumpla. Por eso envía a su ángel en un sueño para que José entienda lo que está pasando, tal vez no logra entender mucho de este plan, pero sí sabe algo, que si este plan es de Dios, él está dispuesto a seguirlo sin dudar, es por ello que al despertar del sueño, inmediatamente se levanta y se pone en camino para buscar a María y recibirla como su esposa para seguir el designio que Dios ha trazado para salvar a su pueblo  (Cf. Mt 1, 18-25). Hermanos, en la Palabra no leemos un “te amo Dios” de parte de José, o cualquier otra frase espectacular, pero sus acciones son el más hermoso detalle de amor que sólo un hombre justo puede realizar.
9.       Cómo nos hace falta vivir justamente como José, ser justos en nuestras vidas con las personas que nos rodean, con los débiles y necesitados, y ser justos también con nuestra catequesis. El mundo apunta a la promoción de una visión alcanzable de la felicidad prescindiendo de Dios (Cf. AIDM 18), es por ello que, el Papa Francisco invita a reconocer entre nuestras debilidades la realidad de que “nuestro pueblo bautizado no experimenta su pertenencia a la Iglesia” (EG, 63). En otras palabras, con el paso de los años se ha venido desgastando en nuestra Iglesia el crecimiento en la fe, opacando la Alegría del encuentro con Jesús que tanto necesitan aquellos que esperan ser invitados y motivados a formar parte de nuestras comunidades. Cuánta gente, anhela encontrar paz, reconciliación, amor, alegría, fraternidad, motivación, luz, esperanza y otras tantas virtudes más en nuestra catequesis y parroquias, y la mayoría choca con regaños, malas caras, gritos, exigencias absurdas, falta de comprensión, de cercanía, del rostro misericordioso de Cristo que se supone llevamos.
10.   Solo imagino el rostro de José al buscar a la Virgen María, asustada y preocupada por su relación matrimonial, imagino esa sonrisa digna del recién elegido padre en la tierra del Hijo de Dios, sonrisa sincera y justa que a muchos nos falta en la catequesis. Este hombre, sólo sabe responder con amor a las dificultades, por eso es justo. He allí el misterio de la navidad, el vencer las dificultades por amor. Es bonito todo el toque alegre que le colocamos a estas fiestas, pero para José y María sólo se convirtió en fiesta luego de vencer los miles de obstáculos para que Jesús naciera. Venzamos los obstáculos que como catequistas tenemos actualmente, y dejemos de buscarle posada a la tibieza y mediocridad, a la dureza y legalismo, a la farsa de pretender ser catequistas cuando en muchas ocasiones convertimos nuestra catequesis en una caricatura. Todos somos mensajeros, la pregunta es: ¿Qué mensaje estoy dando en mi vida y en la Iglesia?, porque ese mensaje es el que están recibiendo las generaciones que se nos ha encomendado formar, más no deformar.
11.   El camino de Nazaret a Belén y el rechazo de los posaderos.
El evangelista San Lucas nos relata que por un decreto del emperador Augusto que ordenaba a todo el mundo inscribirse en un censo, José se vio obligado a subir de Nazaret a la ciudad de David llamada Galilea para inscribirse con la Virgen María en dicho censo. Pensemos en nuestras experiencias de habernos visto obligados a trasladarnos a un sitio lejano para participar en el registro de un documento personal y todas sus dificultades, y tengamos presente que no se comparan con el medio de transporte, los días de camino (4 a 6 días, 120km de recorrido), la intemperie y otras muchas dificultades más, junto con el embarazo de la Virgen que ya estaba por dar a luz a nuestro Salvador.  Muchos allí habían dejado aquella pequeña y noble población para superarse en la vida, y ahora tenían que volver obligados por el censo. Podemos imaginar la sobrepoblado y saturado que estaría aquel pueblo que era tranquilo, afable, silencioso y de pocos habitantes.
8. Es por ello que no encontraron posada, porque no había espacio para una mujer embarazada en ese lugar. Sin embargo, José no se iba a quedar de brazos cruzados, esperando a que el niño naciera en una plaza en medio de gente tal vez ebria, o en cualquier otra situación inadecuada, él sabe que Dios le ha concedido compartir la paternidad con él, y está dispuesto a demostrar que Dios no se ha equivocado en elegirlo, y responde a las dificultades con ese AMOR característico que no se rinde en la búsqueda de un lugar para que nazca su hijo que es Hijo de Dios. Por eso a María le tocó dar a luz a su Hijo primogénito, y lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos entre tanta algarabía (Cfr. Lc 2, 7).
12.   Y nosotros podemos estar ignorándolo de la misma manera que los habitantes de Belén, porque tenemos nuestras posadas y nuestras casas llenas de gente que no nos permite recibir al salvador, le hacemos el camino, la llegada y la posada difícil a nuestro Salvador con toda una gama de ocupaciones y buenas excusas de no poder cambiar porque “la vida es así”, cuando la verdad es que cada quien hace su vida con o sin Dios. Hoy más que nunca es importante tener en consideración la llamada a dar respuesta de nuestra esperanza que es Cristo (Cfr. 1Pe 3,15), nuestra catequesis necesita ofrecer los fundamentos necesarios para que cada cristiano sepa dar razones de su fe, sus principios morales, su estilo de vida y no termine relativizando su identidad y tergiversándola con el mundanismo presente en nuestra sociedad. Es esta necesidad la que debemos cubrir en mayor parte, para poder generar un sentido de pertenencia a la comunidad cristiana, ya que la mera sacramentación se convierte en muro y no en puerta de acceso a la experiencia de la fe (Cf. AIDM 26).
13.   Nos encontramos caminando rumbo a los 100 años de nuestra Iglesia diocesana, y vivimos la misma experiencia de La Virgen María y San José camino a Belén y buscando posada, muchos nos hacen la tarea difícil, otros nos cierran las puertas, y nosotros corremos el riesgo de volvernos duros de corazón. El año 2020 estará dedicado a la salida misionera, y como catequistas, somos los primeros llamados a salir de nuestras comodidades, conformismo, limitaciones e indiferencias para salir al encuentro del otro, hagamos eco de las palabras del apóstol Pablo: “gustosísimo me sacrificaré una o más veces por ustedes, aunque amándolos más, sea menos amado” (2Cor 12, 15). No pasemos la vida esperando momentos especiales sin correr riesgos, como una noche buena para que Jesús nazca en nuestras vidas, más bien corramos el riesgo de hacer especial cada momento de nuestras vidas, dentro y fuera de la Iglesia, con la fe y esperanza de que si luchamos, Jesús siempre estará “con-nosotros”(Mt 1, 23).
14.   La pregunta a reflexionar es si estamos dispuesto a dejarle nacer, no por un día, sino siempre. Porque colocar una imagen del niño Jesús en un pesebre, lo hace cualquiera, hasta el ser más perverso e hipócrita del mundo. Pero abrir las puertas de nuestro corazón a Jesús para que nazca en el pesebre de nuestras vidas, eso solo lo hace alguien que ama hasta lo imposible y mucho más. Esperando que cada día renovemos nuestro compromiso de ser catequistas ante Dios y su Iglesia, guiada por nuestro Obispo Mario Moronta, les imparto mi humilde bendición recordándoles las palabras que año tras año prometemos en la Semana Nacional de Catequesis: “ASUMO CON ALEGRÍA ESTA RESPONSABILIDAD SIENDO CONSCIENTE DE QUE ESTA TAREA ME TRAERÁ GOZOS, SACRIFICIOS Y SUFRIMIENTOS. PERO SÉ TAMBIÉN QUE CONTARÉ SIEMPRE CON LA AYUDA DE DIOS”. Que el Señor les bendiga en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

FELIZ NAVIDAD 2019 Y PRÓSPERO AÑO NUEVO 2020 MIS HERMANOS CATEQUISTAS!!!

Pbro. Juan Carlos Gómez Yanez
Su hermano y servidor

Catequistas Delegados Vicariales de Catequesis


SAN CRISTÓBAL, 25 DE DICIEMBRE DEL AÑO 2019. FIESTA DE LA NATIVIDAD DEL SEÑOR.



martes, 20 de agosto de 2019

FIESTA DE SAN PÍO X PATRONO DEL CATEQUISTA MENSAJE DEL DÍA DEL CATEQUISTA 2019 «La Catequesis es un camino que conduce al Reino de Dios»




FIESTA DE SAN PÍO X
PATRONO DEL CATEQUISTA

A TODOS LOS CATEQUISTAS QUE ANUNCIAN AL PUEBLO SANTO DE DIOS
EL EVANGELIO DE JESÚS EN LA IGLESIA DE SAN CRISTÓBAL

MENSAJE DEL DÍA DEL CATEQUISTA 2019
«La Catequesis es un camino que conduce al Reino de Dios»

Un saludo de paz y bien para todos mis hermanos catequistas de nuestra Iglesia local de San Cristóbal, en donde buscamos cada día hacer presente el Reino de Dios a través de nuestro servicio de compartir y transmitir la fe a aquellos que sienten la inquietud de conocer y vivir cada día más como Jesús, nuestro salvador. Hoy, como todos los años, celebramos el día del catequista, proclamado así, por ser el día de nuestro santo patrono San Pío X (1903), un santo de una vida maravillosa desde la sencillez y la humildad, preocupado por la santidad de la Iglesia. Ojalá se animen a conocer y leer más de su vida para nutrir su fe.
Definitivamente, en la vida cristiana, son muchos los caminos que conducen al Reino de Dios, y ser catequista es uno de ellos, uno de los más bellos por la dimensión que ha tenido desde sus inicios en las primeras comunidades cristianas. En tal sentido, la lectura del Santo Evangelio que nos ofrece la Liturgia de este día (Mt 20, 1-16) es la parábola del propietario que sale en distintos horarios a buscar obreros para su viña, y al final les paga a todos lo mismo. Este relato nos permite reflexionar esas dimensiones del Reino, de las cuales, como catequistas, tenemos la oportunidad de acercarnos y acercar a otros.
El evangelista San Mateo, quien escribe a los judíos que se están convirtiendo al cristianismo, luego de la Ascensión de Jesús al cielo, quiere hacerles ver que las matemáticas del Reino de Dios son totalmente distintas a las nuestras. No se trata de beneficiarse personalmente para crecer de forma individual y sobreponerse por encima de los demás como la cima de una pirámide. Nuestro Obispo Monseñor Moronta, siempre nos ha insistido en que esa pirámide debe y puede ser al revés si nos lo proponemos, en la cima estamos todos, y en la parte inferior está Cristo, la Piedra Angular (Hch 4, 10-12) que nos sostiene a todos y nos beneficia a todos con su Reino (Cf. Rm 14, 17), su Banquete (Cf Mt 25, 10) y su Premio (2Tim 4,7-8).
Así pues, ¿qué nos enseña el Evangelio de hoy? Nos enseña dos cosas generales, la primera, que tiene un propietario, y la segunda que tiene unos intereses que superan nuestra soberbia y avaricia mundana. Reflexionemos lo primero:
a.- Tiene un propietario. El Nuevo Testamento siempre nos ha hablado que nuestro Rey y Salvador no es parecido en ninguna manera a los que se presentan como tal en este mundo, esperando a que les sirvan y se acerquen a él solo los interesados, buscando el beneficio de unos pocos y tornándose en una persona cómoda, conformista e indiferente frente a las necesidades de todos. Nuestro Rey no se sienta en un trono, pues su trono somos cada uno de nosotros, y Él sale a nuestro encuentro para servirnos, para ofrecernos una vida digna, un lugar en donde no se pierde el tiempo, pues lamenta cuando nuestra vida pasa de largo sin trabajar en su viña. Cómo anhelamos que ese propietario se refleje en todos nosotros, pues es uno de los deseos del Santo Padre Francisco, quien en su Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium nos invita a salir a las periferias existenciales (n. 20).
Esas periferias no sólo geográficas, sino de muchas personas que están alejadas de Dios, que han dejado el lugar de Dios en sus vidas vacío y que, como dice un proverbio judío: “La silla vacía la ocupa el diablo”. Es nuestra tarea salir en representación del propietario del Reino de los Cielos a buscar obreros para sus campos, alejándolos del ocio, la desolación, la comodidad y el gobierno del gran divisor, el diablo, quien siempre buscará el alejamiento del hombre a Dios. Ahora, nos corresponde meditar sobre lo segundo:
b.- Tiene unos intereses. Dichos intereses son los siguientes: –está interesado en que su viña sea trabajada y dé fruto. –está interesado en que todos estén empleados. –está interesado en pagar lo justo a aquellos que iniciaron temprano, pero también en ser bondadoso con quienes no tuvieron la misma oportunidad. Por último, –está interesado en que quienes fueron encontrados de últimos, tengan oportunidades y no queden desplazados o rechazados. Cada uno de estos intereses son merecidos de reflexionar, especialmente en nuestra catequesis desde la diocesaneidad y sinodalidad, es decir, desde la experiencia de pertenencia a nuestra Iglesia diocesana que sufre como Madre cuando uno de sus miembros no vive plenamente su realidad de cristiano, cuando el pecado y la tentación lo arrastran a la corrupción alejándolo del buen vivir de la vida cristiana… (Cf. Rm 12,5; 1Cor 12,26), así como también desde la experiencia del compromiso asumido en todas aquellas normas y orientaciones que nos permiten vivir en comunión alejándonos de tantas contradicciones e individualismos que nos separan como islas en cada una de nuestras realidades eclesiales (parroquias, comunidades, entre otros).
De ahí, la necesidad de cultivar en nuestra catequesis el compromiso de vida cristiana con nuestra Iglesia Local. El sentido de diocesaneidad debe buscar ampliar la dimensión de sinodalidad con el obispo, su diócesis y comunidad eclesial, sintiéndonos parte importante de un vínculo tan sublime, que supera la propia sangre, asumiendo el coraje de enfrentar y soportar las dificultades de la vida con paciencia y esperanza cristiana. La diocesaneidad y sinodalidad transforma entonces a cada individuo cristiano en una persona de comunión con su Iglesia, sus pastores, con la comunidad que le rodea, sintiéndose parte de un rebaño del cual, el Obispo y sus sacerdotes son sus pastores. Por tanto, no se puede actuar aisladamente, sino de forma orgánica y coordinada, buscando la comunión y el testimonio eclesial como expresión coherente y diferenciación de todas aquellas organizaciones, grupos de personas, lugares y funciones cuyos destinatarios aún no conocen verdaderamente a Jesús, el Hijo de Dios.
Ciertamente vivimos tiempos muy difíciles en nuestra región, y se nos ofrece cada día la tentación de estar absorbidos en medio de tantas ocupaciones, aislándonos y trabajando incluso de manera incoherente a nuestra vida cristiana; son estos tiempos los que no exigen ver con los ojos de Cristo, es decir, con atención, misericordia y reconciliación. Este es el tiempo propicio para asumir las enseñanzas que impulsaron a San Pío X a renovar la catequesis de su tiempo: apartar de la ignorancia religiosa a todo aquel que estuviese débil en su fe, y facilitar con amor la transmisión del mensaje de Jesús en conjunto con el compartir la experiencia del encuentro con Él.
Con mi bendición, y motivándoles desde ya a prepararnos para nuestra Semana Nacional de la Catequesis 2019, con un alto grado de dimensión diocesana, pues nuestros hermanos menores necesitan hoy más que nunca de nosotros, les deseo un feliz día del catequista y de nuestro santo patrono, así como les invito a orar por nuestros hermanos catequistas, por nuestros sacerdotes, especialmente los que están enfermos, por nuestro Obispo, quien como Pastor necesita mucha fuerza en la oración, y por aquellos que aún no han accedido a la oportunidad de ser invitados a trabajar en la viña del Señor…, les bendigo en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

Los Delegados Vicariales

Pbro. Juan Carlos Gómez Yanez
Su hermano y compañero en el ministerio catequético.

martes, 5 de marzo de 2019

MENSAJE DE CUARESMA 2019 - «En nombre de Cristo les rogamos que acepten reconciliarse con Dios» (2Co 5, 20)


Diócesis de San Cristóbal
Vicaría de Pastoral
SECRETARIADO DIOCESANO DE CATEQUESIS
VENEZUELA

MENSAJE DE CUARESMA 2019
EL RETO ES LA CONVERSIÓN A LA LUZ DE CRISTO

A TODOS LOS CATEQUISTAS QUE ANUNCIAN AL PUEBLO SANTO DE DIOS
EL EVANGELIO DE JESUS EN LA IGLESIA DE SAN CRISTOBAL

«En nombre de Cristo les rogamos que acepten reconciliarse con Dios» (2Co 5, 20)

1.      Un saludo lleno de paz y bien para la gran familia de catequistas de esta hermosa diócesis de San Cristóbal en Venezuela, tierra de gracia en donde Dios se hace presente a través de los múltiples gestos de esperanza del cual somos co-protagonistas día a día al vivir y sentir como Jesús. Cada año nuestro buen Padre Dios, a través de nuestra Santa Madre la Iglesia, esposa fiel de Jesucristo, nos brinda la oportunidad de celebrar la Cuaresma como un estado de conversión hacia la Pascua, esto nos permite volver a nuestras verdaderas raíces, pues asumimos el reto de ayunar, orar, hacer penitencia, obras de caridad… asumimos el reto de la conversión durante estos cuarenta días, no sólo hacia nosotros mismos, sino también hacia Dios y al prójimo. Qué bueno es estar en Cuaresma, porque es en este tiempo donde nos ejercitamos espiritualmente y sacamos lo mejor de nosotros en el servicio fraterno, sin máscaras ni ataduras, ojalá viviéramos la cuaresma (conversión) en todo momento.
2.      Nos encontramos celebrando en nuestra Diócesis de San Cristóbal el año de la Iglesia en Conversión, como ruta de preparación hacia la celebración de los 100 años de nuestra Iglesia diocesana en el año 2022. Y no podíamos iniciar mejor este año que con la cuaresma, el mejor de los tiempos para brillar como cristianos a ejemplo de Jesús. Además, qué bien nos haría como catequistas, anunciarnos el Kerygma unos a otros, recordarnos los pasos fundamentales de este anuncio que renuevan, fortalecen y enriquecen nuestra fe, y sobre todo nos disponen a ser catequistas de fe, y no de cátedra. Es por este motivo, que deseo compartir con ustedes tres aspectos de la conversión que nos ofrece la Palabra de Dios en el día de hoy, y los cuales nos pueden ayudar a bendecir, santificar y reconstruir la paz y la esperanza entre los más sufrientes de nuestra población.
3.      El primer aspecto necesario al asumir el reto de la conversión es reconocer nuestros pecados. En el anuncio del Kerygma, este es el segundo paso, aceptar que hemos pecado, que hemos sido nosotros quiénes decidimos vivir al margen de Dios, ocultos, sea por vergüenza o por indiferencia. Es necesario proclamar junto al profeta Joel (2, 12-18) un ayuno santo para todos, que nuestras carencias y abstinencias nos permitan de verdad reconocer que cometimos delante de Dios la maldad que Él aborrece, que nos hemos hecho de la vista gorda y nos hemos enmudecido ante el pecado del mundo, hoy más que nunca es necesario reconocer que, si en nuestro entorno sobreabunda el pecado, es porque estamos echando en saco roto la gracia salvadora de Dios (Cf. 2Co 6,1). Hermano catequista, el mundo peca porque no tiene modelos de santidad a seguir, y esos modelos que somos nosotros, nos estamos dejando opacar por las distracciones del mundo. Ser santo es el reto (Mt 5,48), y sólo se llega a la santidad pasando por la conversión.
4.      En segundo lugar, está la purificación, y ella se da con la penitencia, la oración y la práctica de la justicia, elementos importantes que nos ofrece hoy el salmo 50, el profeta Joel y el Evangelio de San Mateo. Y es que todo arrepentimiento sincero necesita de la limpieza y restauración de la bondad, y el Sacramento de la Reconciliación nos lleva a ello. Cuántos católicos nuestros han abandonado la limpieza de su alma, incluso nuestros propios catequistas, aun pudiendo hacerlo. Cómo nos haría bien una buena confesión y ofrecer nuestras oraciones y prácticas cuaresmales por la purificación de todos. Si es verdad que sin la Eucaristía no hay vida cristiana, también es verdad que, sin el sacramento de la Reconciliación no hay verdadera conversión, esto en aquellos que pueden confesarse. Que el ayuno, la oración y la caridad sean el resultado de esta reconciliación, y que no le pongamos limitaciones.
5.      Por último, el tercer aspecto de este reto cuaresmal es actuar en nombre de Cristo. Y esta parte viene a ser crucial en nuestro caminar, ser testigos de un verdadero encuentro con Jesús que, sin conocer el pecado bajó y cargó nuestros pecados por nuestra salvación (Cf. 2Co, 5,20). Jesús mismo nos recuerda que no se puede actuar en su nombre y al mismo tiempo hablar mal de Él (Cf. Mc 9, 38-39). Sin embargo, tristemente muchos de nosotros, como cristianos, actuamos en nombre de Jesús y, nuestras obras hablan mal de Él, porque aún no hemos asumido una verdadera conversión. Los invito a meditar estos tres aspectos junto a los propósitos de cuaresma que nuestra iglesia diocesana nos propone para este tiempo, con el fin de asumir una verdadera conversión, brillar y hacer brillar al mundo en este tiempo tan favorable para la salvación. Venezuela necesita hoy más que nunca catequistas convertidos, que guíen con su ejemplo, para que nuestra nación jamás vuelva la espalda a Dios y podamos hacer presente, desde ya, su Reino entre nosotros.
6.      Hermanos, luego de estos cuarenta días, ayudaremos a Jesús a cargar la cruz de los pecados del mundo, le acompañaremos en su pasión y muerte, y resucitaremos con Él a una vida nueva, esforcémonos porque todos los que estén a nuestro alcance, no sólo en nuestra comunidad, inclusive en nuestras redes sociales, se sientan motivados a acercarse al Señor Jesús, pues como decía San Francisco de Asís: “pecamos en común, nos santificamos en común y nos salvamos en común”. Con el gran amor de pastor que les tengo, y unido a nuestro Obispo Monseñor Mario del Valle Moronta Rodríguez, les invito a dar lo mejor, no sólo en esta cuaresma, sino en nuestro servicio, pues tengo la certeza de que los catequistas somos los centinelas de la fe de la Iglesia. Les brindo mi humilde bendición, esperando que ustedes también me bendigan desde todos los rincones de nuestra diócesis con sus oraciones. Que Dios les bendiga a todos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, Amén.
QUE DIOS NOS CONCEDA A TODOS UNA CUARESMA Y UNA SEMANA SANTA LLENA DE CONVERSIÓN PARA QUE NUESTRA PASCUA SEA UNA VENEZUELA LLENA DE FE, ESPERANZA, JUSTICIA, AMOR Y PAZ.
¡FELICES PASCUAS!
Pbro. Juan Carlos Gómez Yanez
 Su hermano

SAN CRISTÓBAL, 06 DE MARZO DEL AÑO 2019. INICIO DE LA CUARESMA