sábado, 25 de octubre de 2014

FIESTA DE SAN PÍO X PATRONO DEL CATEQUISTA MENSAJE DEL DÍA DEL CATEQUISTA 2013 RENOVARLO TODO EN CRISTO

FIESTA DE SAN PÍO X 
PATRONO DEL CATEQUISTA

MENSAJE DEL DÍA DEL CATEQUISTA 2013
A TODOS LOS CATEQUISTAS QUE ANUNCIAN AL PUEBLO SANTO DE DIOS
EL EVANGELIO DE JESÚS EN LA IGLESIA DE SAN CRISTOBAL

«RENOVARLO TODO EN CRISTO: EUCARISTÍA Y PALABRA»

1.      Hoy la Iglesia Celebra la Memoria de San Pío X, declarado patrono universal de los catequistas, y es una ocasión bella para meditar a la luz del evangelio el Ministerio al cual hemos sido escogidos para ser formadores de santos en nuestras comunidades.
2.    El Evangelio de hoy, según San Mateo (19,30. 20,1-16), nos habla de algunas cosas importantes a la hora de trabajar en la viña del Señor: “Muchos de los primeros serán los últimos, y muchos de los últimos serán los primeros”, es evidente que esta parábola se dirige tanto a los que se han esforzado por vivir en medio de las virtudes desde el amanecer de sus vidas, como a aquellos que han encontrado tarde, de alguna manera, su conversión. Por esta misma razón, “trató con ellos un denario por día y los envió a su viña”, el tratar con ellos un denario, es la forma que el dueño de la viña utiliza para intentar preservarlos del orgullo y los reproches al final de la jornada. Lamentablemente, la recriminación es inminente, y esto sucede porque el Señor les indica “Quiero dar a éste que llega último lo mismo que a ti”, dando una esperanza a los tardíos de conversión para acercarse a su amor que es grande, infinito, misericordioso, y sobre todo, igual para todos. 
3.      La vida es una lucha constante con sus dificultades inciertas, y pretendemos que esas dificultades sean nuestra corona de gloria. Perdemos en muchas ocasiones nuestro tiempo y nuestro trabajo intentando renovar todo por nuestras propias fuerzas. Por ello, el Papa Pío X en su primera encíclica anunciaba que su meta primordial era la de "renovarlo todo en Cristo: Eucaristía y Palabra" y, sin duda que con ese propósito en mente, redactó y aprobó sus decretos sobre el sacramento de la Eucaristía. Así, recomendaba la comunión diaria, si fuese posible; que se facilitara el suministro de la comunión a los enfermos. También el Papa se preocupó por la Palabra, puesto que instaba a la diaria lectura de la Sagrada Escritura. Estas cuestiones fundamentales, deberían alentar nuestra reflexión acerca de nuestro testimonio de vida en el ministerio.
4.      En este sentido, el Papa de la nueva evangelización, Francisco, nos indica en su carta encíclica Lumen Fidei, que “La fe nace del encuentro con el Dios vivo, que nos llama y nos revela su amor” (n. 4), y ese  Dios  está  vivo y  presente con  todo su  amor  en la  Palabra y Eucaristía  a  la cual estamos


llamados a recibir, vivir y comunicar cada día en este mundo que es su viña. Ese ha sido el trato, o más bien, la misión que el Señor nos ha encomendado.
5.      Por eso, cuando faltamos a la Eucaristía o a la reflexión de su Palabra por cualquier otra cosa que a su lado carece de importancia, le estamos quitando algo a la fe universal, a nuestra fe, y a la fe de aquellos que creen en Cristo y en su Iglesia a través de nosotros, y eso mis queridos hermanos, como dice el Santo Padre: “es quitarle algo a la verdad de la comunión” (n. 48). Esto requiere una reflexión más profunda de nuestra parte, porque no son los adornos los que alimentan nuestra fe y la fe de aquellos que debiéramos preparar para una vida cristiana y santa, sino la renovación profunda de la vivencia de nuestro ministerio, un ministerio que no puede llevarnos a olvidar los sufrimientos del mundo (cfr. n. 57), sino que, teniéndolos presentes, ayudamos a suscitar valientes guerreros que comprendan que estando con Cristo, todo es suficiente (cfr. Jueces 6, 12).
6.      En el marco de los 90 años de nuestra amada Diócesis de San Cristóbal, hemos podido vivir como una experiencia de gracia en nuestro ministerio, la celebración del II Congreso Eucarístico – Catequético, un acontecimiento que ha marcado nuestras vidas no sólo de manera histórica, sino que también nos ha permitido reunirnos para compartir la fe, y con la ayuda de Dios y de este Congreso, hacerla crecer y florecer como rosas plantadas en Jericó que nunca mueren. Hemos descubierto que la Palabra y la Eucaristía son esa bella prolongación del Amor y Misericordia de Dios en nuestras vidas (Cfr. Jr 31,3), por eso no podemos dejar de celebrarla, vivirla, conocerla y compartirla con el mundo, de lo contrario, estaremos acortando esa continuación de la Gracia divina en nuestras vidas y a nuestro alrededor.
7.      Por último, a manera de reflexión personal mi querida familia de catequistas, les quiero invitar a que juntos asumamos este ministerio con compromisos concretos que nos ayuden a ser formadores de santos. Oremos, meditemos la Palabra, Participemos activamente de la riqueza de la Eucaristía, seamos punto de unión y jamás de división, corrijámonos fraternalmente, apoyémonos unos a otros porque somos sus elegidos, y muy por sobre todo, recordemos que hemos sido llamados por Dios para ser Luz, y el que es luz, brilla donde sea, como sea y con quien sea.
8.      Encomendando nuestro ministerio bajo la protección de nuestra Madre Santísima, María del Táchira, Nuestra Señora de la Consolación, y de nuestro Santo Cristo de la Grita para que nos bendiga y nos guarde siempre, les deseo un feliz día del Catequista, y que nuestro testimonio sea esa renovación de todo, Dios les bendiga.
Pbro. Juan Carlos Gómez Yanez

Su hermano y compañero en el ministerio catequético.

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