sábado, 25 de octubre de 2014

MENSAJE DE NAVIDAD 2011 LA CATEQUESIS REVIVE EL NACIMIENTO DEL SALVADOR


MENSAJE DE NAVIDAD 2011 A TODOS LOS CATEQUISTAS DE LA DIÓCESIS DE SAN CRISTÓBAL

25 de diciembre de 2011 a la(s) 12:28
SALUD Y BENDICIONES, QUE LA BRISA FRESCA DE LA NAVIDAD, INUNDE PAZ Y AMOR NUESTROS CORAZONES. AQUÌ LES DEJO EN ARCHIVO ADJUNTO EL MENSAJE DE NAVIDAD PARA LA GRAN FAMILIA DE LA CATEQUESIS DE LA DIÓCESIS DE SAN CRISTÓBAL. DIOS LES BENDIGA. PBRO. JUAN CARLOS GÓMEZ YANEZ   
 

Diócesis de San Cristóbal
SECRETARIADO DIOCESANO DE CATEQUESIS
VENEZUELA

MENSAJE DE NAVIDAD

LA CATEQUESIS REVIVE EL NACIMIENTO DEL SALVADOR

A TODOS LOS CATEQUISTAS QUE ANUNCIAN AL PUEBLO SANTO DE DIOS

EL EVANGELIO DE JESUS EN LA IGLESIA DE SAN CRISTOBAL

¡Hoy les ha nacido un Salvador! (Lc 2, 11)

1.      Con esta iluminación Bíblica de la Palabra de Dios que, como siempre nos interpela (nos cuestiona, nos llama, nos guía, nos consuela y fortalece en tantas situaciones de la vida Diaria), deseo entregar para ustedes mis queridos hermanos catequistas, un mensaje de motivación a continuar en la Viña del Señor, juntos, llenos de Fe y Esperanza, acompañando a nuestros niños y jóvenes en el camino de iniciación a la vida cristiana, como aquellos padres que se esfuerzan y anhelan por ver a sus hijos dando sus primeros pasos, valiéndose por sí mismos y caminando poco a poco en el camino de la vida.

2.      Todos los años en el mes de diciembre, en millones de hogares católicos de todas partes del mundo, con una gran variedad de luces de colores y velas encendidas, nos preparamos para vivir la Navidad, un tiempo en nuestra región tachirense, donde los villancicos, las hallacas, los regalos, las reuniones de familia, hacen presente aquel hogar de Nazaret que nos trajo la salvación, el amor y la paz. Esta fiesta celebra el nacimiento de Jesucristo.

3.      Quiero aprovechar la ocasión para presentarles cinco (5) obsequios o ideas que ese niño lindo ha venido a traernos como regalo de navidad de parte de nuestro Padre Dios, y que nos invita a reflexionar en su Palabra en esta fiesta de la Natividad del Señor.

4.      La primera, “somos herederos del amor” tomada del Salmista: “Proclamemos su amor día tras día” (Sal 95), nos llena de una bendición especialísima para reparar nuestras fuerzas desgastadas día a día en la obra de Dios, y nos invita a levantarnos, porque Él mismo lo hizo por nosotros, a no rendirnos, a llenarnos de ese amor tan grande que cubre las tinieblas de nuestras faltas y debilidades, un amor tan inmenso e incomparable, que se encuentra cara a cara con nuestros pecados y nos abraza con su perdón, compartiendo nuestros dolores y gozos.

5.      La segunda, “Meditar su palabra nos hace vivir desde ya el Reino Celestial” tomada del venerable apóstol de los gentiles, San Pablo en su carta a Tito: “La gracia de Dios se ha manifestado para salvar a todos los hombres y nos ha enseñado a renunciar a la irreligiosidad  y a los deseos mundanos, para que vivamos, ya desde ahora, de una manera sobria, justa y fiel a Dios” (Tit 2,11-12). Nuestro Salvador y Mesías, nos regala la gracia que habíamos perdido por nuestros primeros padres en el pecado, y nos brinda la oportunidad de descubrir en su palabra cómo vivir desde ya el Reino de Dios, cómo hacerlo presente en nuestras vidas. Que no pase ni un solo día sin buscar la enseñanza del Evangelio que nos guía en el camino de la vida.

6.      El Tercer regalo, “Tú puedes ser la posada de Jesús” tomado del evangelio de San Lucas, nos representa aquel episodio tan hermoso que muchos hemos deseado ver: “lo envolvió en pañales y lo recostó en un pesebre, porque no hubo lugar para ellos en la posada” (Lc 2,7). Cómo serían nuestras vidas si el mundo presenciará en la fe, aquel momento en que el Hijo de Dios nace, envuelto en pañales, en ternura, en amor, en perdón y misericordia. Sin embargo, aún existen personas en el mundo que no le dan posada a Dios. Catequistas, seamos los dueños del mesón de nuestras vidas, de la maravillosa posada de nuestra fe, en la que Cristo tenga no solo un lugar, sino el mejor lugar, donde reine y santifique nuestros pensamientos, palabras y obras.

7.      El cuarto obsequio para esta navidad, “En ti también nace la salvación de Dios”. San Lucas nos dice: “Hoy les ha nacido un salvador” (Lc 2, 11). Ese niño lindo, tan esperado por toda la humanidad, por los profetas y el pueblo de Israel, no nace en un pesebre artificial, el cual, ciertamente debe representar una expresión de nuestra devoción y aprecio a su divina presencia. Realmente nace en el pesebre de nuestro corazón, cada día, cada año, cada 25 de diciembre, cuando tú y yo, llenos de fe, abrimos nuestro corazón de par en par para recibirle, envolverle en pañales y disponernos a cuidarle en nuestras vidas con la práctica de la misericordia, con la ternura del amor y el perdón, dispuestos a anunciarle en todos los rincones de nuestra vida cotidiana.

8.      El quinto y último obsequio de reflexión navideña, “Anuncia, sé testigo de Cristo”. “De pronto se le unió al ángel una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo: “¡Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad!” (Lc 2, 13-14). Es el momento propicio para profundizar en la identidad del niño que nos ha nacido. Una identidad que debe ser la nuestra, que debe cada día configurarnos hacia el único camino, verdad y vida (Cfr. Jn 14, 6) que nos conduce a la felicidad verdadera.

9.      Nos encontramos en el año de la fe, proclamado por nuestro Santo Padre Benedicto XVI, y nuestro Pastor Diocesano Mons. Mario del Valle Moronta Rodríguez, nos recuerda que debemos “celebrarlo, evangelizarlo y renovarlo en Espíritu y Verdad”. Somos una Iglesia viva, llena de tantos carismas, de sacerdotes, de religiosos, de una maravillosa bendición, como lo son nuestros laicos comprometidos, entre ellos, ustedes mis hermanos catequistas.

10.  Nosotros tenemos la dicha de contemplar hoy la gloria de Dios, cómo brilla el rostro de ese niño precioso que nos ha nacido para llenarnos de gozo y felicidad, y esa dicha es aún más plena en nuestra preparación hacia los 90 años de nuestra bendecida Diócesis de San Cristóbal. Hagamos que los ejemplos de vida y santidad de nuestros antecesores, siervos de Dios: Mons. Sanmiguel, Medarda Piñero, Hna. María Israel Bogotá Baquero y Madre Lucía del Niño Jesús…, se perpetúen en nuestra catequesis. Esta acción de la Iglesia a lo largo de nuestra historia ha sido una base estupenda para abrirnos paso como Iglesia peregrina hacia un camino de santidad, de Iglesia con sabor a pueblo, abierta a la acción pastoral y la atención a los más sedientos de fe, ofreciendo una Iglesia joven y bendecida por la gracia de Dios que no se detiene ante los problemas y dificultades que el mundo le presenta, sino que los atiende, los asume como retos, se plantea acciones para hacer presente el reino de Dios en medio de los hombres.

11.  Es la palabra de Dios, el Verbo encarnado el que debe brillar en todo aquél que es iniciado en la vida cristiana a través de nuestra catequesis. Es el Hijo de Dios el que se hizo hombre para hacernos Hijos de Dios, prueba de ello nuestro bautismo.

12.  Por ello, para nosotros el nacimiento del Hijo de Dios, debe ser, a ejemplo de los santos de nuestra Iglesia, entre ellos el noble San Francisco –quien representó por primera vez aquel Belén en un pesebre en Greccio– un símbolo de unidad y amor, que une al mundo entero en un silencio de paz, amor y perdón, ante tantas dificultades y zozobras que ha vivido nuestro mundo.

13.  En este año, que está por terminar, nos han pasado cosas maravillosas, dificultades de las cuales hoy estamos seguros al decir: “Ya pasó” – “lo superé”; sin embargo, todavía nos queda mucho camino por recorrer.

14.  Deseo con todo el cariño del mundo, y para el bien de todos, invitarles a distinguirse y diferenciarse de los demás siendo reconocidos y distinguidos por dos cosas: el amor y la oración “vida espiritual”.

15.  Estos dos aspectos son imprescindibles en nuestro carisma catequético, que en este nuevo año, juntos podamos crecer en conocimiento de la Palabra de Dios, en Encuentro con Dios, en proyecto de vida, en oración – reflexión y meditación, en adoración, y por sobre todo Dirección y Testimonio de Vida Espiritual.

16.  Un gran sacerdote, el Padre Fajardo, en clase nos decía: “quien no tiene dirección espiritual, no camina hacia ningún lado”. Es necesario que la tengan, sólo así sentirán la necesidad de la confesión y la Comunión. Dice un Santo: “si conocieras el don tan grande y tan sagrado de la Comunión, y creyeras en Él, te aseguro que no perderías oportunidad alguna de comulgar, porque estaríamos despreciando al mismo Cristo”. Que, a quienes preparemos para recibir la sagrada comunión, sigan nuestro ejemplo de comulgar con fervor.

17.  San Antonio de Padua, un santo franciscano dijo: “el peor error de un cristiano es creer, pero no vivir lo que cree”. Hagamos una lista de lo que creemos, y empecemos a vivirlo, porque la caridad, la fe y la esperanza, no se alcanzan sólo con buenas intenciones.

18.  Así pues, debemos llenarnos de Dios, creerlo, vivirlo, experimentarlo, sentirlo, tenerlo muy dentro de nosotros, amarlo para poder llevarlo a los demás; de lo contrario, sólo seremos campanas que resuenan huecas y vacías (Cfr. 1Cor 13,1). Esto requiere entonces, ser la imagen de Cristo para nuestros catequizándos, sentir la imagen de Cristo en nosotros, que nuestras actitudes, pensamientos, sentimientos, palabras y obras sean las de Cristo (Cfr. Flp 2,5), dentro y fuera de los encuentros de catequesis. Sería maravilloso y espectacular que cada catequizando pueda decir: “mi catequista me mostró a Cristo”. Ésa es la mejor enseñanza que tú y yo podemos dar en la catequesis.

19.  Por ello, animémonos a mejorar nuestra manera de ver la catequesis, tal y como nos lo pide la Iglesia en la actualidad. No podemos ya concebirla como un período de preparación hacia los sacramentos. Sino que, más bien, los sacramentos son parte de un camino, un período de iniciación a la vida Cristiana. En este sentido, cada sacramento se va convirtiendo en un hábito que forma parte de mi vida, y que me incentiva a configurarme cada día más a Cristo, buscarlo, necesitarlo, y acercarlo a todo aquél que tenga contacto conmigo.

20.  Ciertamente se nos acerca un año de muchos retos, con una planificación bastante preciosa y preparada entre todos. Pero, si no la compartimos, no podremos darle vida a todas esas actividades que se contemplan en el papel. Apoyemos bastante a los coordinadores de cada nivel de nuestra catequesis, trabajemos con ellos, como una familia que unida logra los deseos de Dios: “que ninguno se pierda” (Mt 18, 12-14). Y no olvidemos el apoyo de nuestra Santísima Madre la Virgen María, bajo la especialísima advocación de Nuestra Señora de la Consolación, cuánto pidamos con fe por su intercesión se nos dará.

21.  Una vez más recordemos que cuando se ama, se hace hasta lo imposible y muchos más. Ustedes y yo somos siervos, llamados por nuestro Señor Jesucristo, no le defraudemos en nuestra labor, hagámosla con cariño y amor, que al final de nuestras vidas, no se nos examinará por nuestros muchos éxitos, sino por el amor con el que hicimos cada labor encomendada por Dios. Por favor, recordemos que la catequesis en nuestra parroquia y en nuestra Diócesis no es del sacerdote, de la Parroquia, o de un grupo de personas, es de TODOS, y cuando lo asumimos TODOS, es de DIOS, y está consagrado a DIOS, si no es así, les aseguro que lo estaremos consagrando a la envidia, insidia y división del enemigo.

22.  Motivemos a todos aquellos hermanos nuestros que lleguen a seguir el mal ejemplo de las jóvenes imprudentes, que no se prepararon para recibir al Señor y se conformaron con el poco aceite que tenían, al final dejaron de dar luz, y cuando llegó el esposo no les reconoció (Cfr. Mt 25, 1-13). No nos conformemos, podemos hacer de la catequesis de nuestra Diócesis la mejor si nos apoyamos entre todos. Amemos la catequesis, amemos a nuestros niños y jóvenes, amémonos como familia de catequistas y todo lo demás en nuestras vidas vendrá por añadidura.

23.  Por último, como nos manda El Maestro: “que seamos reconocidos por el amor” (Cfr. Jn 15, 12ss). Pensemos en esto, para que no sean solo letras, sino vida. Que la ternura de ese niño tan bonito y tan especial que quiere nacer en nuestros corazones, nos inunde a cada uno de nosotros de gracias y bendiciones, para que hoy, mañana y siempre, seamos verdaderos catequistas, porque creemos en ello, y porque lo vivimos.

24.  Termino con aquella frase de Phil Bossman: “una rosa es rosa cuando florece, un pájaro es un pájaro cuando vuela, y un humano es humano cuando reza”.

Con el deseo de que nos tomemos en serio nuestra tarea evangelizadora por medio de la catequesis, les brindo mi humilde bendición, la de un sacerdote que le da gracias a Dios por esta experiencia tan maravillosa junto a ustedes.

Que Dios les bendiga a todos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, Amén.

Como dice nuestro Pastor, Mons. Mario del Valle Moronta, quien ama la Catequesis y ora por ella: “Ánimo y para adelante en el nombre del Señor”.

FELIZ NAVIDAD Y PRÓSPERO AÑO NUEVO!!!

Pbro. Juan Carlos Gómez Yanez
                                                                                                 Su hermano



SAN CRISTOBAL, 25 DE DICIEMBRE DEL AÑO 2011. FIESTA DE LA NATIVIDAD DEL SEÑOR.



NOS HA NACIDO EL SALVADOR HERMANOS!!!

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