sábado, 25 de octubre de 2014

MENSAJE DE NAVIDAD 2012 LOS CATEQUISTAS SOMOS COMUNICADORES DE UNA EXPERIENCIA DE FE

http://elmundodelanoticia.com/wp-content/uploads/2012/05/1-Logo90A%C3%B1os_DiocesisSanCristobal.jpgDiócesis de San Cristóbal
Vicaría de Pastoral
SECRETARIADO DIOCESANO DE CATEQUESIS
VENEZUELA
MENSAJE DE NAVIDAD 2012
LOS CATEQUISTAS SOMOS COMUNICADORES DE UNA
EXPERIENCIA DE FE

A TODOS LOS CATEQUISTAS QUE ANUNCIAN AL PUEBLO SANTO DE DIOS
EL EVANGELIO DE JESÚS EN LA IGLESIA DE SAN CRISTÓBAL

¡Vamos a Belén a ver lo que ha sucedido y el Señor nos ha comunicado! (Lc 2, 15)

1.       Desde la creación de los seres humanos a imagen y semejanza de Dios (Cf. Gn 1, 26), nuestro Padre siempre ha querido que estemos a su lado para comunicarnos su sabiduría y así poder vivir junto a Él llenos de lo más importante y esencial: Paz y Amor. Lamentablemente, fuimos desviados por la presencia prepotente de la envidia, de la soberbia, del egoísmo, de quien no acepta que fuésemos hechos poco inferior a los ángeles, pero tan llenos de gloria y majestad (Cf. Sal 8), no es necesario decir su nombre, pero si es necesario evitar su presencia entre nosotros. Así pues, desde aquel día en que el Edén fue cerrado para nuestros primeros padres y para todos nosotros (Cf. Gn 3, 23), nuestro Padre Creador, nos ha ofrecido miles de caminos (Cf. Ex 14, 15ss), luces de guía en la oscuridad (Cf. Ex 14, 24) y nubes de protección en medio de las inclemencia (Cf. Ex 14, 19), ha querido saciar nuestra sed física y espiritual (Cf. Ex 17), porque es el único que sabe lo que realmente nos conviene y nos ha ofrecido no un camino, sino EL CAMINO (Cf. Dt 8, 2), de conversión que nos merezca estar a su lado nuevamente.
2.       Entonces, a partir de la desobediencia de nuestros primeros padres (Cf. Gn 3), el cielo quedó cerrado para nosotros; sin embargo, hemos podido observar cómo ha aparecido en el camino de la historia de la salvación oportunidades y ocasiones que nos han venido guiando hasta un punto en el que EL VERBO mismo irrumpe en la historia para iluminarnos, para disipar las nubes que nos ocultaban aquel Cielo que es nuestra patria definitiva (Cf. Hb 13, 14). Es Jesús, El Verbo, el Hijo de Dios quien se ofrece a sí mismo por nuestra salvación. Esto nos lleva a pensar lo muy valioso que debemos ser no como creaturas, sino como hijos de Dios, para entregarse por nuestra salvación y develar ante nuestra corta existencia humana el verdadero amor, digno solo de aquellos que se atreven a hacer hasta lo imposible y mucho mas por nosotros (Cf. Jn 4, 8-9).
3.       Hoy, al igual que el día en que murió Cristo por nosotros, podemos decir con la liturgia: “esta es la noche santa”, porque es la noche en que comienza un capítulo imborrable en nuestras vidas, un capítulo en el que el Hijo de Dios, se hace hermano, para devolvernos el vínculo de hijos que habíamos perdido por la falsedad y mentira del pecado, que nos trajo muerte y desilusión. Es en esta noche santa en la que unos humildes pastores, después de haber oído el anuncio de aquellos ángeles, se van a Belén a ver aquello que se les ha comunicado: “el nacimiento del Verbo”, la Palabra de Dios, la definitiva Alianza que ningún ser humano sobre la tierra con toda su miseria podrá fracturar. Mis queridos hermanos, ese es Dios, el que está dispuesto a abrir sus brazos y esperar una eternidad por nosotros, porque el tiempo es suyo. Ese es su Hijo, quien se presenta en la ternura de un niño para conmover nuestros pobres corazones cargados de tanta tristeza y desilusión. Y ese es su Santo Espíritu, el que toca nuestras conciencias y nos ilumina el camino a seguir hacia nuestra verdadera casa, la casa de Dios.
4.       En esta cita bíblica que hemos tomado como punto de reflexión para este mensaje, el Evangelista San Lucas nos dice junto a los pastores: “¡Vamos a Belén a ver lo que ha sucedido y el Señor nos ha comunicado!” (Lc 2, 15), tenemos una riqueza inconmensurable para dedicar nuestra meditación en esta preciosa noche. Podemos dividirla en cuatro expresiones que nos pueden ayudar en nuestro ministerio catequético: VAMOS, que nos indica un camino; A BELÉN, que nos señala un punto de encuentro; A VER LO QUE HA SUCEDIDO, nos invita a una experiencia; Y EL SEÑOR NOS HA COMUNICADO, que genera no sólo la vivencia del anuncio, sino la aventura y el compromiso del Testimonio.
5.       VAMOS, esta expresión nos muestra la importancia que los pastores le dan a aquello que les ha sido comunicado por los ángeles de Dios. Los pastores no se quedan con el asombro de ver ángeles anunciando la gloria del Señor, éstos, se centran en lo más importante, dirigirse al encuentro con el Mesías. Es necesario reflexionar aquí, que los pastores son gente humilde, sencilla, peregrina, que aceptaron por fe el mensaje de los ángeles y se encaminan con su rebaño en búsqueda del signo de salvación para todos los pueblos. ¡VAMOS! Es la expresión que debe salir de nuestras conciencias para ponernos en camino hacia el encuentro con Dios. El cardenal Martini decía en una de sus obras: “las Narraciones de la pasión” que todas las experiencias que suceden en nosotros, de angustia, abandono, soledad, falta de fe, esperanza, incluso amor a Dios, todo ello es necesario, es para nosotros el camino que nos lleva al conocimiento de Cristo (Cf. p. 68).
6.       A BELÉN, es el punto de encuentro, donde comienza la nueva historia de la Salvación, esa en la que la Palabra de Dios viene a ser comunicada en lenguaje humano, no sólo con palabras, sino con testimonio (Cf. St 2, 14-26), Jesús viene dispuesto a tocar nuestros corazones y dejar su huella en nuestras vidas. Viene a enseñarnos que todos estamos llamados a ser especiales desde nuestros pensamientos, hasta nuestras obras. Belén es una palabra hebrea לחם בית (Bet léhem) que significa “casa del Pan”, es el sitio que Dios escoge para alimentarnos de su Hijo, y sobre todo para decirnos que aún en los momentos más difíciles de nuestras vidas, lo importante es la fe, la que se expresa a través de la oración y del testimonio, la que nos lleva a caer de rodillas para que nuestra victoria se acerque más. De pie no logramos nada, de rodillas ganamos todo.
7.       A VER LO QUE HA SUCEDIDO, el nacimiento de Jesús, ese acontecimiento tan grande que cambia nuestras vidas si abrimos nuestros corazones a su presencia. Qué hermoso sería que en esta navidad podamos sentir en nuestras vidas que algo grande ha sucedido en ellas, que hemos podido servir de posada para el nacimiento del Mesías. Más aún, que nuestra vida espiritual pueda saltar de gozo como Juan Bautista en el vientre de Isabel al sentir la presencia cercana del Dios-con-nosotros. Y esto quiere decir que Jesús no nos abandona, está con nosotros antes de nuestras debilidades y pecados, en el momento en que caemos en ellas, y después que han pasado y nos han dejado en medio de la miseria. Pensar en esto, sería sentir hasta dolor al darme cuenta que hasta en el momento en que cometo un pecado, Dios-está-conmigo, esperando que valore más la Verdad (Cf. Jn 14,6) que la falsedad.
8.       Y EL SEÑOR NOS HA COMUNICADO, porque para Dios somos tan importantes que nos comunica su gracia. El nacimiento de Jesús no sólo nos sorprende, como dice Santa Catalina de Siena: “Dios tiene que estar loco de amor como para darnos su propio Hijo en sacrificio para expiar nuestros pecados”, sino que también nos llena de gozo, fe, esperanza, de una riqueza espiritual que puede transformarnos si lo aceptamos en nuestras vidas. Este es el acontecimiento más importante que Dios nos quiere comunicar hoy a cada uno de nosotros: un amor que lo supera todo porque es divino y eterno, y nada puede contra ello. Pero esto que se nos ha comunicado, y que debemos estar dispuestos a recibir, también conlleva el compromiso de ser Anunciado y Testimoniado con nuestras acciones diarias a todos aquellos a quienes aún no les ha sido dado el mensaje de lo que ha sucedido en Belén.
9.       Así pues, el nacimiento de Jesús es la prueba latente de aquella palabra de la Sagrada Escritura: “donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia” (Rm 5, 20), por ello podemos decir también: “y dónde nace el niño Dios, ahora no hay pastorcillos, sino catequistas que con un gran sentido de espiritualidad desean dejarse sobreabundar por el amor de Dios y adorar al Niño que ha nacido con un único fin: Salvarnos”. Dejémonos salvar, dejemos que Jesús haga maravillas en nosotros, creamos de verdad en su presencia y podremos admirar las grandes obras que desea traernos, porque nos ama como su Padre.
10.   En definitiva, Dios nos pide solo lo que podemos dar y, a partir de esta noche buena, nos pide que imitemos la ternura, paz, amor y sencillez con que ese Niño tan bonito nos vino a salvar. Dejemos tantas excusas a un lado y consideremos con veneración nuestro ministerio, porque Dios confía tanto en nosotros que nos deja tan gran responsabilidad en manos nuestras, la de formar santos, laicos comprometidos, catequistas, sacerdotes, religiosos y religiosas. Que la Esperanza llene nuestras vidas y la perseverancia la fortalezca.

FELIZ NAVIDAD Y PRÓSPERO AÑO NUEVO CATEQUISTAS!!!

Pbro. Juan Carlos Gómez Yanez
Su hermano


SAN CRISTÓBAL, 25 DE DICIEMBRE DEL AÑO 2012. FIESTA DE LA NATIVIDAD DEL SEÑOR.






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