sábado, 25 de octubre de 2014

FIESTA DE SAN PÍO X PATRONO DEL CATEQUISTA MENSAJE DEL DÍA DEL CATEQUISTA 2014 «INVITADOS Y ELEGIDOS A VIVIR EN INTIMIDAD CON CRISTO»

FIESTA DE SAN PÍO X
PATRONO DEL CATEQUISTA

MENSAJE DEL DÍA DEL CATEQUISTA 2014
A TODOS LOS CATEQUISTAS QUE ANUNCIAN AL PUEBLO SANTO DE DIOS
EL EVANGELIO DE JESUS EN LA IGLESIA DE SAN CRISTOBAL

«INVITADOS Y ELEGIDOS A VIVIR EN INTIMIDAD CON CRISTO»

1.      Queridos amigos y hermanos, hoy recordamos al primer Papa santo del siglo XX: San Pío X, quien subió a la silla de Pedro en el año 1903. Adoptó como lema de su pontificado: “Renovar todas las cosas en Cristo”. Esta fue la consigna por la que trabajó con sencillez de espíritu, pobreza y fortaleza, dando así un nuevo incremento a la vida de la Iglesia. Murió el 20 de agosto de 1914.
2.      Uno de los grandes aportes de este Papa santo fue la edición del “Catecismo Mayor” y su trabajo incansable por la difusión y la enseñanza del Catecismo, por eso en su día, el 21 de agosto, se celebra todos los años, el Día del Catequista, y es una ocasión bella para meditar a la luz del evangelio el Ministerio al cual hemos sido escogidos para ser formadores de “SANTOS” en nuestras comunidades.
3.    El Evangelio de hoy, según San Mateo (22,1-14), nos presenta a Jesús hablando en parábolas y, a la hora de referirse al Reino de Dios, elige “el banquete de bodas”. Esta parábola ofrece dos situaciones distintas. La primera, se refiere a quienes recibieron invitación. Y la segunda se centra en un invitado dentro de la sala del banquete. Observamos aquí, dos categorías de invitados: los privilegiados quienes no supieron honrar dicha preferencia por otros intereses aparentemente más importantes; y los otros, quienes no habían sido tomados en cuenta al principio pero que, al ser invitados, respondieron excelentemente, aun siendo unos buenos y otros malos. Sin embargo, esto no fue suficiente, había que asumir una exigencia: “el traje” (las exigencias del Reino de Dios). Por ello, vemos que uno al no cumplir con esto fue expulsado.
4.      En este sentido, el Papa de la nueva evangelización, Francisco, nos indica en su Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, que “La Alegría se renueva y comunica” (n. 2) y, citando al Papa Pablo VI, el catequista que entra en intimidad con Cristo debería recordar que: “un evangelizador no debería tener permanentemente cara de funeral. Recobremos y acrecentemos el fervor, «la dulce y confortadora alegría de evangelizar, incluso cuando hay que sembrar entre lágrimas […] Y ojalá el mundo actual –que busca a veces con angustia, a veces con esperanza– pueda así recibir la Buena Nueva, no a través de evangelizadores tristes y desalentados, impacientes o ansiosos, sino a través de ministros del Evangelio, cuya vida irradia el fervor de quienes han recibido, ante todo en sí mismos, la alegría de Cristo». Ese  Dios  está  vivo y  presente con  todo su  amor  en la  Palabra y

Eucaristía a la cual estamos llamados a recibir, vivir y comunicar cada día en este mundo que es su viña. Ese ha sido el trato, o más bien, la misión que el Señor nos ha encomendado” (n. 10).
5.      Así, el catequista se convierte, definitivamente, en una persona que cree y sigue a Jesús viviendo la alegría de ser su testigo. Lo escucha en la oración y en la lectura del Evangelio y lo descubre en el discernimiento comunitario y en la vida cotidiana intentando ver a las personas, las cosas, las situaciones, tal y como Jesús las vería hoy. El catequista se reconoce en búsqueda, en camino; no se cree ni dueño de la verdad ni el "maestro" que llega para esclarecer a los demás sino un instrumento que el mismo Jesús, presente en la comunidad, envía, sostiene y da fuerza para superar las oscuridades y dificultades.
6.      Por último, La receta es simple, y se reduce a tres cosas: 1) Un cristiano enseña catecismo, siempre que obra como cristiano. 2) Un cristiano enseña catecismo, siempre que habla como cristiano. 3) Un cristiano enseña catecismo, siempre que se interesa por los que se dedican a enseñarlo, ayudándoles con su dinero (poco o mucho), con su trabajo personal y perseverante, y por encima de todo y en primer lugar: con su oración de todos los días. La fórmula es simple, solo falta la voluntad firme para vivirla. Sí, todos tenemos que ser catecismos vivos, ¡Que con sólo vernos y oírnos los demás comprendan la doctrina de nuestra santa religión! Que San Pío X interceda ante el Señor para que seamos ¡Todos catequistas!
7.      Encomendando nuestro ministerio bajo la protección de nuestra Madre Santísima, María del Táchira, Nuestra Señora de la Consolación, y de nuestro Santo Cristo de la Grita para que nos bendiga y nos guarde siempre, les deseamos un feliz día del Catequista los delegados vicariales del secretariado de catequesis diocesano y su director, recordándoles que lo esencial de la catequesis y la fe se trata de aprender lo que Jesús nos enseñó para vivir como Jesús vivió, no basta saber más, hay que vivir más y así nuestro testimonio será esa renovación de todo, Dios les bendiga.

Nombres de los delegados vicariales
Pbro. Juan Carlos Gómez Yanez
Su hermano y compañero en el ministerio catequético.


«No escatimaré ni cuidado, ni trabajo, ni ardientes plegarias por la salvación de las almas. Mi esperanza está en Cristo». San Pío X

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